El mundo literario de Mary Estuardo

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Efluvio de mujer, con su inmortal silencio de conquista,

Que en la cintura meces veintisiete eslabones verdeados;

las sabias ocurrencias de un mundo acaudalado que te inspiran

Para atrapar virtudes con los dedos y los labios.


La historia, el mar, la ciencia, los instintos,

Son pájaros de viento que surcan por acuario.

Vas a oscuras con palabras construyendo laberintos,

Y descifrando sueños con tu prosa de milagros.


Por fin llega la luz a tus entrañas,

la he visto Iluminar tus ojos pardos.

Después de que aquel mundo fantástico te atrapa,

In vitro van naciendo tus hijos literarios.


Ya tiene el infinito tus escritos.

Ya danzan en las dunas de los sueños los heraldos;

Aquellos mensajeros sensibles de tus musas

Con forma literaria de trinos agitados.


Que nada te detenga para crear tus mundos

Con muros de palabras y un haz de fantasía;

Recuerda que entre sueños hay unos más profundos,

Y que entre los latidos, hay unos de agonía.


Que nada te detenga, ni un arma, ni un quijote,

Ni el fin de otro diluvio, ni el Hitler de la guerra,

Ni un nuevo y portentoso big bang sobre este orbe,

Ni Dios polemizando con Einstein su existencia.


Que nada te detenga, barreras infructuosas

De miedos ataviados que engendran represiones,

Recuerda que entre menos espinas da la rosa,

Más pétalos le nacen sedientos de pasiones.


Cabalgan tus criaturas en lóbregos corceles

Hechos de tiempo y magia, de historia y de fonemas;

Los monstruos ensoñados cabalgan entre pieles,

Y entre los corazones, cabalgan tus poemas.


¿Es eso lo que ansías?

Que nada te detenga, tu ingenio fecundo va más lejos.

Sin importar el color del cristal por donde miras,

No hay semilla más fértil que un consejo.


Y luego, cuando tus mundos desborden en la tierra

Donde tu alma ha mutado en manuscrito,

no habrá lluvia, ni muerte, ni habrá guerra

que borren la pisada carnal de tus escritos.

Hilos de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora