Esencia de mujer

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No hay como el apacible olor de una mujer

Que exquisito y sensitivo se nutre de su voz;

El perfume en el corset que estriñe el tiempo,

La fragancia que hierve en el albor.


El exquisito aroma de su claustro

Donde se condensa el elixir del amor;

El bálsamo invisible y misterioso

Que desde la mocedad tiene sabor.


La frescura solemne que reposa

En cada parte escultural que hilvanó Dios;

Esa esencia que atrapa sigilosa

Y transforma pesadumbres sin color.


El buen olor de su mística sonrisa

Que aletea con el clamor de un ruiseñor,

y le gesta romanzas al silencio

Con la frescura de su fuego abrasador.


El efluvio sensual que de sus labios

Se hace medicina en el dolor;

Que adormece, que alucina, que enamora

Cualquier alma que adolece de estertor.


Que endulza el vaho que otrora entristecía

Con su retórica de buitre encantador;

Si en cada emanación nace un tormento,

En la esencia de la mujer, nace una flor.

Hilos de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora