Tristes niños

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No te asustes si en las ventas callejeras,

hay variedad de productos infantiles,

de carne y hueso, sonrientes y febriles,

que se ofrecen como insumos de loncheras.


Se comercian y se ultrajan y decoran,

se les saca provecho en las esquinas,

hay hambrientos que no aguantan y devoran;

han mudado sin razón las golosinas.


Los he visto en los semáforos sin carro,

sin dirección los he visto por las calles;

ambulantes del comercio y el catarro,

responsables de la vida de sus padres.


No se prestan, si se alquilan sin rebaja,

la razón de los ingresos de otros tantos;

la limosna se recibe como alhaja,

con el tétrico sudor de humildes llantos.


Los he visto ir a la escuela con el hambre

como fina vestimenta que protege;

el pensar y el reír, les da calambres;

el amor que no han sentido, es un hereje.


Cuantos ya viven el sexo y la violencia,

cuantos juegan a soñar que no han nacido,

cuantos sueñan con morir y la indulgencia,

de un pecado que jamás han cometido.


Quien dijera cual la culpa y el culpable,

donde puede existir tal paraíso;

no puede existir verdad más lamentable,

que sacrificar sin pudor, lo que Dios Hizo.

Hilos de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora