Un hijo

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No viviré en vano,
ni moriré sin mis palabras
nacidas de otra boca;
boca de barro,
con olor a espuma fresca.

Palparé tu piel hecha de arcilla
y mezclaré con el agua
y con mi arena.

Eyacularé miel de mi tierra
que depositaron con el tiempo
las abejas.

Danzaré en tu corazón
para que brote barro.


Del barro que a tu corazón despoje
sutilmente y con mis manos,
haré un hijo de barro
con alma de silencio,
vestido de clavel o de azucena.

Le pintaré a la nueva vida
dos pétalos por labios
con miel de mi colmena.

A la piel de la tarde haré una herida
para guardar en su vientre
vasija de arco iris;
la cocinaré al sol,
la colmaré de estrellas.

Cántaro de barro
hecho con tu arcilla
y con mi arena,
que tendrá mis palabras de su boca,
cuando en él beban los días
agua fresca.


Hilos de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora