Elegía a la resurrección

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Buscando mi dolor hurgaba entre tus huesos,
alguna vez unidos, hoy ya ni partes juntas,
mientras me desangraba de lágrima y rezos.


Como un rompecabezas sin alma, uní tus puntas;
estéril clavel marchito y sin sentido.
Duermes sin sentir que vives y enamoras,
pero para mi amor que por ti hierve, estás dormido.


Vives sin vida y entre tus sueños mora
un largo sueño perpetuo que te arrulla.
Por una razón de morir que aún no entiendo,
ya no eres parte de mi, ni yo soy tuya,
pero acá sentada a tu lado, algo comprendo.


Solo mis manos frías tu tierra acariciando,
buscando alma invisible para abrazarla luego;
y sentir un corazón de carne palpitando,
que llegue a tus oídos para escuchar mi ruego.


Toma mis manos, aférrate a mi aliento,
y unge tu pecho seco y vacío aquí en mi pecho,
y no te atormentes por sentir, que por ti siento.


Deja esa mordaza terrenal que no es tu lecho,
vuelve a cantar en tu estado de alegría,
ven, que aún quiero sentir tu piel, en la piel mía.


Hilos de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora