Fue mi descuido

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Hoy me he dado cuenta que tu adiós,

No fue cuestión de culpas ni de besos ajenos,

Ni de piel extraña azarando tus instintos.


Fue tan solo cuestión de promoción.

Un asunto de oferta y demanda que frustró tu amor,

por mi descuido.


El abrazo apasionado que de pronto olvidé,

Otro lo cultivó rebosante de emociones sin martirios.

Y el beso rutinario que en tu carne planté,

Lo arrancó de su cauce el dolor de estar conmigo.


Sé lo que hizo aquel,

El que estuvo tan lejos de tu piel y hoy es tu abrigo.

Le obsequió un beso puro a tu dolor

Para medir la desnudez que hay en tu amor,

Y le donó sus latidos a tu ayer

Para ahuyentar la soledad de tu vergel

por el olvido.


Y del sexo encarnado que en tus dudas bebí

Ausente del placer por el hastío,

Se hizo vapor por el fervor de aquel

Que sin dudarlo siquiera fue a tu piel

Para darte de beber: el nuevo vino.


Ya me he dado cuenta que tu adiós

No es un asunto suscrito por los dos,

Es mi castigo.


Hilos de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora