Capítulo 9: Make it Rain.

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           El bajista se encontraba lavándose las manchas de lápiz labial del cuello en la ducha antes de que llegasen Noodle y sus compañeros. A ellos no les gustaba que el bajista llevara chicas a la casa y prefería ahorrarse reclamos. Además, no quería que Noodle tomara el ejemplo de que el sexo casual está bien siempre y cuando seas adulto, prestes atención con quien lo haces y uses protección. Lo cual era cierto, pero igual no quería que lo aprendiera.

Salió de la ducha, se vistió, se puso sus botas y salió a la sala a esperar que llegasen sus compañeros.

-¡Mudz! ¡Llegamos! ¡Trajimos pizza!- gritó la adolescente

-¡Eso suena bien! ¡Muero de hambre! – respondió el bajista levantándose del sofá.

-¿Te portaste bien, hermano?- preguntó Maseo quien había entrado de inmediato a la cocina para cortar la pizza.

El bajista estaba por contestar pero al bajar la vista vio el sostén y las bragas de su invitada en diferentes lugares del suelo.

-Emm...-inició, agachándose rápidamente para recoger las prendas y metérselas bajo su suéter a rayas. - ¡Claro que lo hice! ¿Por qué preguntas? Yo siempre me porto bien.

Maseo salió de la cocina y fue a la sala. Miró al bajista por unos momentos. Murdoc sonreía nerviosamente y sudaba un poco. Maseo lo conocía demasiado bien y no era bueno mintiéndole.

-Noodle, linda. Si te vas a tu cuarto y esperas a que te llame puedes escoger el postre de mañana y te compraré los cosméticos que quieras.

- ¡Vale!- gritó la chica mientras comenzaba a correr a su habitación y cerraba la puerta.

Maseo se acercó más a Murdoc.

-Levanta los brazos. – ordenó.

-¿Qué? ¿Vas a cargarme?- bromeó el bajista con una sonrisa de medio lado.

-Levanta tus putos brazos. Ahora.

El bajista borró su sonrisa, suspiró y obedeció.

El afroamericano tomó la prenda de Murdoc y la quitó de un solo movimiento rápido. Las bragas y el sostén cayeron al suelo y las marcas de arañazos que adornaban el cuerpo del bajista quedaron expuestas.

-Por esto pregunto, idiota. – dijo Maseo.

Murdoc chasqueó la lengua.

-¿Qué quieres que haga? ¿Vivir en abstinencia? Por favor, Maseo...

-Amigo. No le voy a pedir a un zorro en un gallinero que no tenga hambre. Pero si vas a traer a una persona aquí, que sea una que venga siempre y que nos puedas presentar ¿Qué pasa si dejo de ser yo el que se da cuenta y quien te descubre es Noodle? – dijo entregándole la prenda.

-Bien, bien. No más chicas. –dijo a regañadientes y poniéndose el suéter nuevamente.- La próxima vez traeré un travesti o un chico delgado o algo así.- bromeó volviendo a vestirse.

-Basta ya, hombre. Sólo vamos a comer.

-Bien.- respondió caminando hacia la cocina.

-Ah, claro. Y tú vas a tener que pagar los cosméticos de Noodle.

-Como si no lo hiciese cada vez que voy a la tienda con ella. – respondió sin voltear.

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El vocalista estaba verdaderamente emocionado. Se movía de un lado para otro, daba saltitos en su asiento, tarareaba y golpeaba el vidrio de la ventana con los dedos.

Rain Dogs (2doc AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora