El vocalista se movía un tanto incómodo en el asiento de la camioneta de Russel.
-No lo sé, chicos... ¿Están seguros de esto?
-Viejo, deja de llorar. Nos atraparon en tu cumpleaños 18 pero vamos a celebrar tus 21 como dios manda, pase lo que pase.- dijo Jamie a su lado, tratando de calmarlo para que se callara de una vez por todas.
-Pero si mis padres se enteran...
-No lo harán. Esta vez no.- lo interrumpió Russel.- Esta vez están de viaje. Así que no hay peligro.
-Aún me falta un año para poder irme con toda libertad...Podríamos sólo celebrar mis 22.- dijo en voz baja y mirando el suelo.
-Viejo ¿qué pasa contigo? No seas una nena llorona. – dijo Damon.- Siempre dices que quieres largarte. Te estamos dando la oportunidad de que lo hagas por una noche. Así que cállate y deja que lo hagamos.
El peliazul no respondió. Simplemente se calló y se encogió de hombros.
-Joder, gracias. Me estaba volviendo loco. –dijo Jamie.
Se pusieron en camino. Fueron cantando y contando chistes todo el camino. Aquello ayudó al peliazul a relajarse, y ahora sólo estaba emocionado por llegar a destino.
Les tomó 4 horas llegar al lugar. Estacionaron frente a un bar forrado de terciopelo y luces de neón.
-Muy bien, pequeño Stu. Ahora vamos a coronar la noche con tu primera borrachera y tu primera banda en vivo.- dijo Jamie bajando del auto.
Afuera del bar, había un gran cartel de letras negras y delicadas y un dibujo de una niña de rasgos ligeramente asiáticos, tres hombres afroamericanos y un hombre de cabello negro cuyo sombrero y gabardina negra le tapaban el rostro, pero resaltaba un brillante ojo rojo. En la parte de abajo decía: ¨Esta noche, el rey está en la casa¨
-Rey del Jazz instrumental ¿eh? ¡Bueno! ¡Vamos a comprobarlo! – dijo Damon tomando al peliazul de los hombros y haciéndolo entrar al bar.
Dentro del bar era todo un nuevo mundo para Stuart. El lugar estaba repleto, cosa rara para un domingo por la noche. La banda debía ser realmente buena.
De pronto las luces del escenario se encendieron y los cinco miembros salieron uno a uno.
El peliazul identificó a los afroamericanos y a la adolescente, que era reconocible a pesar de verse más joven en el dibujo de afuera. Pero se quedó sin palabras al ver al último que salió: Un hombre cuyos músculos se notaban incluso estando bajo una gabardina negra de tela gruesa, con un sombrero elegante, botas cubanas impecables, un colgante de una cruz dorada al revés, cabello negro de cuervo con un flequillo perfecto, unos grandes ojos bicolor y un rostro de facciones detalladas y exquisitas.
Comenzaron a tocar y todos los presentes en aquella mesa se percataron que en todo el tiempo que tocaron, el peliazul no le había quitado los ojos de encima a aquel hombre.
-¿Te gusta lo que ves, Stu? – bromeó Damon.
-¿¡Qué!? ¡No!- respondió agitado y con las mejillas rojas. Sin darse cuenta había comenzado a hablar muy fuerte. - ¡Es que pensaba que ese tipo tiene una voz demasiado rasposa y sólo es el rey del instrumental porque no puede cantar!- para desgracia de Stu, había dicho eso justo cuando la canción había terminado, sin dar tiempo a la gente para que comenzara a aplaudir. Y hablando muy fuerte y en un lugar donde el eco abunda, fue perfectamente escuchado por todos los presentes. Incluyendo claro, al hombre del que hablaba.
-¿¡Quién es el imbécil que dijo eso!?-gritó el bajista desde el escenario.
-Mierda...-soltó el vocalista por lo bajo.
-Joder, Stu. Creo que hiciste que tu caballero negro se enojase.- bromeó Jamie.
-¿Qué vas a hacer, viejo? Está apretando la mandíbula muy fuerte. Va a matarte.- continuó Russel.
El bar quedó en su silencio sepulcral. Nadie había hecho enojar al bajista desde que le rompió el brazo a un tipo por silbarle a Noodle durante un concierto. Rezaban en sus cabezas por el pobre diablo que había dicho eso.
La adolescente se acercó al bajista y lo tomó de la mano. El bajista la miró y respiró profundo.
-Bien, bebé. – dijo recuperando la compostura. – Te escuché perfectamente. Y no tendré voz de niña del coro de la iglesia como tú...- los presentes rieron, el rostro del peliazul estaba cada vez más rojo. – Pero por un carajo que puedo cantar. – se acercó a los instrumentos apilados a un lado del escenario y tomó un banjo.-Y sólo porque le prometí a mi niña que me calmaría con eso de las peleas, no te romperé la boca. Pero te la voy a cerrar.
Toda la audiencia comenzó a aplaudir y a armar un escándalo, incluyendo a los amigos del vocalista. Logrando que este último se sintiera todavía peor.
-Esto es algo para los niños en semana santa. – dijo el bajista al micrófono, hundiendo los dedos en el cabello de la adolescente e indicándole que fuera a ocupar su lugar.
La música empezó, la gente acompañó el canto del azabache con las palmas y el vocalista nunca pensó que el sonido de un banjo y una voz tan rasposa pudieran tener tanta magia cuando lo interpretaba la gente correcta.
-¡Maldición, amigo! – dijo Russel. – No será una voz de ángel, pero eso suena genial.
-Estoy de acuerdo. – respondió el peliazul. Sin poder apartar la vista de aquel hombre.
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Me encanta in-sanamente esta canción, lo juro. La amo. Me encantó escribir este capítulo. Les dejé la canción en su versión en vivo porque es la mejor, no hay punto de comparación posible. Tom waits es mejor en vivo, mucho mejor. Me pareció que el tipo de voz y la letra pegaban con Mudz, espero no haberme equivocado.
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Rain Dogs (2doc AU)
FanficMurdoc y Stuart son músicos de Jazz y los reyes de los bares nocturnos de Inglaterra. Murdoc es el rey del instrumental y Stuart el rey del canto. ¿Qué pasará cuando ambas partes se encuentren?