Miles se despertó aquella mañana francesa con una resaca impresionante.
Recordaba hacer celebrado la pérdida de la virginidad de Murdoc, pero no recordaba los detalles.
Murdoc había pasado toda la noche sin dormir, probablemente pensando en el tacto de la suave piel desnuda y en el pelo rojo ardiente, o tal vez tratando de procesar la repentina frialdad que vino después.
Miles le había dado algo de café pero él todavía se sentía decaído y sin fuerza, sus ojos y nariz estaban rojos aunque dijo que ni siquiera había llorado realmente y los dedos le temblaban.
Murdoc le contó que ella se había reído como si estuviese conmovida cuando él le dijo que era virgen, que él le había dicho a ella que era normal ser virgen a los 12 años y que ella se había vuelto a reír diciendo que tenía nueve años la primera vez que su padrastro la violó y que cumplió los 11 el mismo día que se la chupó a un desconocido en la calle por dinero para comprarse el almuerzo.
Le dijo que ella tenía 13 cuando los servicios sociales la sacaron de esa situación, que ahora ya no tenía que acostarse con nadie, pero que cada vez que recordaba o veía algo o alguien que la excitaba y no tenía sexo lloraba y que aunque lo tuviese, después de tenerlo volvía a llorar y que no sabía porque.
Ella le dijo que lo había visto antes, y que lo había visto tocar el bajo con mucha atención cuando Miles le daba lecciones en un lugar cercano a su casa el día anterior a decirse acercarse a él. Le dijo que había visto detenidamente la forma en la que su cabello caía en su rostro, sus dedos delgados, su clavícula asomarse por el cuello de su camisa y sus labios fruncidos, y que lo había visto reírse de algo que Miles le había dicho y que lo había visto sonreír a otros tres niños que también tenían instrumentos en las manos, pero que no recordaba que instrumentos eran.
Le dijo que lo vio jugar las traes con esos niños y ayudar a uno a levantarse cuando se calló de espaldas al suelo.
Le dijo que algunos de sus gestos le recordaron a ella cuando aún era virgen y que ella se sintió mal por haberse excitado tanto, y también le dijo que se había masturbado llorando pensando en él y que no pudo dormir esa noche porque esperaba que amaneciera para poder correr a encontrarlo.
Él le dijo que en realidad no tenía la menor idea de que hacer, pero ella dijo que no importaba, que le enseñaría, que se lo suplicaba, que quería llorar otra vez porque se estaba volviendo a excitar porque ella le había dicho lo mismo al desconocido de cuando tenía 11 y que no importaba si ella no se venía porque estaba más interesada en hacer que se viniera él, que si ella lo veía venirse lo más probable era que ella también se viniera.
Murdoc era delgado y pequeño para su edad y tenía las rodillas raspadas, así como ella cuando aún era virgen y tenía los ojos tan grandes y las mejillas tan coloradas como antes las tenía ella.
Él le dijo que tenía miedo y ella le dijo que estaba bien, que ella siempre tenía miedo también.
Los dedos le temblaban tanto que no podía desabrochar sus pantalones, así que ella se los quitó.
Ella le dijo que abriera la boca y le metió la lengua sin aviso, mientras deslizaba la mano dentro de su ropa interior, y Murdoc no podía respirar bien y ahora él tenía ganas de llorar, ella lo notó, se detuvo y le preguntó que porqué lloraba.
Murdoc le dijo nunca se había tocado a sí mismo porque solía tener por vecina a una fanática religiosa que le dijo que ardería en el infierno si lo hacía. Ella se rió de nuevo.
Ella se alejó y se sentó en la cama. Ella le dijo que se acercara para sentarse frente a ella y lo llamó "Mi niño" tal vez porque su padrastro la llamaba su niña, nunca lo supo, nunca quiso sentarse a pensarlo. Él fue y se sentó frente a ella y ella le sonrió mientras se quitaba la ropa interior.
Entonces ella se abrió de piernas y se masturbó frente a él.
Murdoc estaba temblando sin decir nada y ella le dijo que no se preocupara por ella, que ella ya había estado en el infierno, entonces ella comenzó a gemir con fuerza, sólo abriendo los ojos para verificar si Murdoc la miraba.
Ella le dijo a Murdoc que si no se había fijado en sus zapatos, que su padrastro la hacía usarlos para él, que antes le quedaban bien grandes pero que ahora le quedaban a la perfección.
-Son zapatos de puta.- le sonrió.- Combinan con mi pelo de puta.
Ella definitivamente había logrado escuchar lo que Miles le dijo antes de incitarlo a ir con ella, tal vez le había leído los labios o tal vez fue era una coincidencia, Murdoc no lo supo.
Ella le dijo que mirara por un segundo sus pantis celestes con volantes porque dijo que el color le recordaba a los ángeles y eso le parecía hilarante.
Luego le dijo que la mirara fijo porque estaba por venirse y le tomó un par de segundos más correrse.
Ella le pidió que se masturbara para ella y él le dijo que no podía, así que en cambio ella le enseñó como masturbarla a ella.
Ella le presionaba la entrepierna con el pie mientras le explicaba, y Murdoc tenía miedo porque estaba temblando y no quería lastimarla. Ella lo notó, y se excitó tanto que se vino más rápido que antes.
Ella se recostó y le dijo que subiera a la cama con ella, después le preguntó si sabía dónde tenía que meterlo.
Él le dijo que no, y ella se abrió de piernas de nuevo y le mostró donde y le preguntó si quería que ella lo metiera por él.
Entonces él le dijo de nuevo que tenía miedo, miedo por ella, porque ella era delgada y suave y no quería lastimarla. Ella le dijo que estaba bien, que la lastimara, que la dejara ponerle el condón y que si quería que se acostara él para que ella le mostrase bien lo que tenía que hacer y le calmase sus miedos antes de que él pudiese estar arriba después.
Entonces Murdoc se acostó y miró mientras ella le explicaba cómo se pone un condón, y después miró, temblando; como ella subía y bajaba sobre él, tratando de escuchar lo que tenía que hacer más tarde.
Entonces él se vino y ella se vino después también.
Después, cambiaron de posiciones y Murdoc seguía sus instrucciones lo mejor que podía. Iba más rápido cuando se lo pedía, lo hacía más fuerte cuando se lo pedía y la besaba cuando se lo pedía.
-Dime que me amas, dime que soy tu niña, dime que me deseas.- dijo ella, llorando.- Dime que me amas mucho, no tienes que sentirlo, sólo dilo. –ella comenzó a temblar.- Vuelve a decirme que no quieres hacerme daño.
Y él se lo dijo todo y le pidió que ya no llorara, mientras le besaba los ojos cerrados, con los suyos abiertos porque era demasiado hermosa.
Entonces la mañana llegó, ella le hizo waffles y ni siquiera lo besó antes de despedirlo.
Miles recordó que cuando él perdió su virginidad a los 8 años cuando una de las amantes drogadictas de su padre se coló a su habitación no fue algo para celebrar, y se sintió terrible por haberle incitado en irse con aquella muchacha, y deseó haber hablado con la chica, para ver si podía ayudarla, y se dio cuenta de que nunca había notado que esas cosas estaban mal, porque lo había vivido como normal toda su vida.
Y casi llora cuando Murdoc le confesó, con los ojos húmedos, que se había masturbado pensando en ella y que él también había llorado.
Y entonces se disculpó con Murdoc y le dijo que intentaría cambiar para poder protegerlo mejor, y se dijo a sí mismo que tal vez Murdoc ya no iba a poder tener sexo normal y que era su culpa y que si quería hacer un bien en la vida de ese niño tenía que intentar ser un buen padre.
Pero como él también era un joven roto le dijo que no se quedase con alguien que no lo fuese a besar en la mañana que se fuera si no se quedaba dormido y que no se iba a ir al infierno por hacerse una paja, que dejase de llorar, que lo sentía, que le traería waffles con fruta.
Y a Miles se le ocurrió que no siempre puedes proteger a los niños de todo, y que ser un padre era más difícil de lo que pensó.
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Ya es la hora sad? Bueno, yo creo que detrás de cada imbécil y cada mujerzuela hay una historia. Escuchen la canción, la amo. Por cierto que llevo tres días seguidos actualizando, se va a acabar el mundo.
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Rain Dogs (2doc AU)
FanfictionMurdoc y Stuart son músicos de Jazz y los reyes de los bares nocturnos de Inglaterra. Murdoc es el rey del instrumental y Stuart el rey del canto. ¿Qué pasará cuando ambas partes se encuentren?