El bajista llegó al bar en el tiempo que hizo falta para entrar en su descripción de "Llegar elegantemente tarde" llevaba puesta su ropa de salir; sólo que su camiseta verde militar sin mangas se apegaba un poco más a su cuerpo, haciéndolo lucir más grande. Llevaba su chaqueta de cuero con detalles metálicos en los hombros y caminaba meneando los brazos al mismo tiempo que las piernas, haciendo énfasis en el movimiento de sus muñecas, para que las púas en sus muñequeras resaltaran e hiciera que la gente se corriera al verlas para darle paso libre por donde quiera que pasase.
Estaba en realidad tratando de hacerse el duro, y estaba engañando a todos los presentes. Con excepción de sí mismo. Lo cierto es que había estado algo nervioso desde el momento en que salió de casa.
-Por aquí, cielo.- le sonrió una camarera, indicándole una mesa cercana al escenario.
Murdoc se sentó en la mesa y sonrió.
-Gracias, preciosa.- le guiñó.
La chica sonrió mientras se sacaba un bolígrafo del pelo rojo y rizado envuelto en una coleta alta para luego apoyarlo contra la pequeña libreta de notas en su otra mano.
-¿Qué te traigo, cariño?- preguntó coqueta, inclinándose un poco hacia el frente.
Al momento en que se inclinó, Murdoc pudo ver como parte del encaje rosa palo del corpiño de la chica se asomaba por su escote, enmarcado por la camisa blanca a botones y la figura prominente y redondeada y el brillo natural de su senos.
Se removió un poco, sorprendido de que su falta de interés le hubiera llevado a no notar el detalle de que había una pelirroja despampanante cerca de él y mostrando la mitad de sus tetas allí desde que había entrado.
-Tráeme una botella de ron añejo, por favor.- pidió, acomodándose en la silla.
-Enseguida, cielo.- dijo moviendo la pierna hacia el frente, dejando en evidencia la abertura en su falda tubo negra que iniciaba justo debajo de la cadera y terminaba junto con el largo de la falda en la mitad del muslo.
Eso tampoco lo había notado al entrar.
La chica reposó la pequeña libreta y el bolígrafo en la mesa y se tomó un momento para arreglar su coleta frente a Murdoc.
El pelo rojo, largo y ardiente cayó sobre la estrecha espalda como una cascada de fuego brillante , rozando los delicados y femeninos hombros con cada movimiento y encendiendo su pálida piel salpicada de pecas grises.
"Pelo de puta" pensó el bajista "Esa mierda solía encantarme muchísimo." Pero no quiso admitir ni para sí mismo que ya no se sentía como antes ni siquiera por el pelo de puta o el cuerpo de chica de publicidad de cerveza que tenía la chica.
La chica se fue así como había llegado, volvió como había venido la primera vez, le entregó el ron y se fue sin más.
Murdoc no la siguió con la mirada en ningún momento.
Eventualmente el vocalista salió y, pese a que el bar estaba lleno de mujeres hermosas que le lanzaban miradas pícaras él sólo se concentró en el pelo azul cayendo sobre la piel nívea y los ojos negros que se abrían y cerraban al cantar con sentimientos profundos, sintiendo cada nota, cada emoción.
Las mujeres continuaron mirándole con esperanzas de que voltease a ver a alguna de ellas y riendo fuerte para llamar su atención , pero la voz del voz del peliazul se alzaba por sobre cualquier ruido y la delgada figura meciéndose en el escenario acaparaba su atención lo suficiente como para que Murdoc no notase que había alguien mirándole, y muchísimo menos para dejarle la oportunidad de tomar la decisión de dignarse a dirigir una sola mirada de caridad a ninguna de ellas.
El espectáculo acabó y él ni siquiera supo cómo ni cuándo. Sólo lo supo cuando ya no puedo ver más al vocalista.
Se levantó de su asiento, aplaudiendo junto con el resto de los presentes, mirando hacia los lados con la pequeña esperanza de verlo aparecer.
Se le cumplió.
El vocalista se acercó a él corriendo, con pasos largos y alborotados, como un perrito cuando su amo llega a casa. Aquello le pareció gracioso y adorable.
-¡Mudz!- soltó con alegría.- ¡Que gusto verte!
-Hola, rayito de sol.- sonrió.
-¡Hola, lindura!- soltó Damon guiñando el ojo hacia Murdoc con picardía.
Murdoc lo miró arrugando la frente, haciendo una mueca.
Murdoc pudo escuchar como Jamie y Russel luchaban por contener la risa.
-¿Perdón?- soltó el bajista, alzando la ceja.
-¡Damon!- chilló Stu, golpeando al mencionado en su hombro.
Damon comenzó a reír junto con Jamie y Russel, lo que sólo provocó que el tormento de Stu empeorase aún más.
-Lo siento, viejo.- interrumpió Russel, haciendo lo posible por ponerse serio.- Este tipo es un tonto.- soltó señalando a Damon.- Él sólo quería tomarte el pelo.
-Y el culo.- interrumpió Jamie.- Eso le escuché decir. Esos pantalones de piel te hacen un culo genial.- soltó reprimiendo una sonrisa.
-¡Sí, sí! -rió Damon.- Tienes un culo increíble.
-¡Ya basta!- soltó Stu, tratando de no morir de vergüenza.
El bajista los miró a ambos con las ceja alzada antes de suspirar.
-Ya sé, gracias.- soltó con desinterés.- Pero si quieres tocarlo, no te saldrá barato.
-¿Le cobras a Stu? Eso es duro, viejo.
-¡Jamie!- soltó con la cara roja como tomate, soltándole un sonoro golpe en la espalda.
-No.- contestó rápido.
Lanzó una mirada rápida al peliazul.
-Para él es gratis.- sonrió.
El vocalista pensó que se desmayaría de la vergüenza mientras escuchaba al resto de los presentes reír.
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De alguna manera los 5 terminaron caminando juntos hasta la casa en total silencio. Murdoc hubiera querido hacer algún movimiento aprovechando la distracción de los otros, pero el peliazul caminaba cabizbajo y demasiado cerca de los otros como para que eso fuera factible.
Por alguna razón, todos terminaron yendo a la casa de la banda del vocalista. Jamie y Damon comenzaron a meterse un poco con Murdoc de la misma forma en la que lo habían hecho en el bar, y por alguna razón él lo soportó sin mayores protestas y con una serenidad impropia de sí mismo.
Stu sólo pasó el rato mirando hacia abajo y riéndose de forma nerviosa, cosa que Murdoc notó.
Russel decidió que había tenido suficiente diversión e inventó una excusa para dejar a Murdoc y Stu finalmente solos para que hicieran lo que quiera que quisiesen, cosa que el no quería ni pensar y sólo rogaban porque no lo hicieran en su alfombra favorita.
La puerta se cerró y ellos quedaron solos finalmente.
Murdoc suspiró y se sentó en sofá, mirando al vocalista, que se encontraba de pie frente a él.
-Tus amigos casi agotan mi paciencia, Stu. - soltó ladeando la cabeza y cruzando la pierna.- ¿Cómo me vas a compensar?
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LAMENTO TANTO LA DEMORA. No tienen una idea de lo mucho que me han estado explotando. He estado muy ocupada con lo de mi proyecto final para poder graduarme de preparatoria y he tenido exámenes y yendo a mis prácticas de danza aérea y recientemente regresé al mundo del K-pop (cosa que dejé por una rabieta de la que ni me acuerdo) y les juro que esos pinches chinos se están chupando mi vida...También notarán que pues no he estado activa en wattpad en general sucede que entré hoy porque me llegó un e-mail de wattpad diciéndome prácticamente que viniera a dar señales de vida y pues, como tuve un chance vine a actualizar...De nuevo, realmente lo siento, no me odien. Por cierto, la canción que usé es genial, escuchenla porfa, yo la amo.
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Rain Dogs (2doc AU)
FanficMurdoc y Stuart son músicos de Jazz y los reyes de los bares nocturnos de Inglaterra. Murdoc es el rey del instrumental y Stuart el rey del canto. ¿Qué pasará cuando ambas partes se encuentren?