El peliazul se despertó con los primeros tonos purpúreos del final de la tarde. Se sentó en su cama, de frente al espejo.
Se vio a sí mismo despeinado, ojeroso, con la ropa aún igual de desordenada y húmeda del rápido encuentro en el baño del bar.
Se levantó.
Las rodillas aún algo temblorosas, la cadera adolorida y encendida en rojo fuego en marcas de manos que lucían como tatuadas en su anatomía, algunos rastros de evidencia se deslizaban entre sus piernas y tenía la cara típica de alguien que cometió una enorme estupidez sin arrepentirse demasiado por ello. No había duda: Stuart Pot es un tonto sin control sobre su propio cuerpo. Y él mismo hubiera estado dispuesto a admitirlo en ese momento, porque sabía que era verdad.
Se metió a la ducha, deseando que el agua y el jabón fueran capaces de llevarse todas sus preocupaciones y sentimientos tristes, pero sabiendo que tal cosa no pasaría.
El agua estaba, quizá, demasiado caliente. Pero aquello le traía sin cuidado. Incluso cuando todo el cuerpo le quedó rojo al contacto con el agua, no pareció notar que la temperatura de su cuerpo fuera particularmente alta. Le pareció que ya nada se le haría tan caliente después de sus noches con el bajista.
Se rió un poco de sí mismo. Jamie lo habría llamado una puta colegiala enamorada de nuevo si le hubiera escuchado esos pensamientos tan bochornosos.
Salió de la ducha con la toalla amarrada a la cadera y se sentó en la cama a reflexionar mientas reunía las fuerzas y ganas suficientes para vestirse.
Se levantó finalmente, y en vez de eso decidió escuchar música un rato. Tal vez dormiría un poco más, no tenía nada que hacer hasta muy entrada la noche cuando saldría a cantar.
Había un pequeño, bonito y bien cuidado tocadiscos sobre su mesita, sacó un disco algo polvoriento y lo colocó.
Regresó a la cama de un brinco y se acostó poniendo sus brazos tras su cabeza, suspirando profundamente y cerrando los ojos.
Ella Fitzgerald y Louise Amstrong cantaban a dúo, inundando con sus voces la habitación.
La canción le hizo recordar al bajista. Sabría que él soñaría con él de nuevo, y pensó en lo bonito que sería y él estuviera en sus sueños también.
-Sí, estoy deseando quedarme hasta el amanecer...- canturreó con voz adormilada, hundiéndose en bonitas fantasías.
¡Qué bonito sería si todas esas fantasías se hicieran reales! ¡Qué bonito sería si él también pensara así!
-Deja tus preocupaciones atrás...- continuó.- Pero en tus sueños, cualesquiera que sean ...Tienes que hacerme una promesa, prométeme que soñarás...Sueña un pequeño sueño sobre mí...- canturreó alegremente, sonriendo, antes de dormirse feliz una vez más.
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Algunas canciones del jazz nos recuerdan que el amor puede doler, pero amar a alguien es un sentimiento muy bonito a pesar de todo. Si algún día me enamoro, me gustaría que fuera de alguien que piense en mi cuando escucha esta canción. Amo escribir azúcar wn :'3
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Rain Dogs (2doc AU)
FanficMurdoc y Stuart son músicos de Jazz y los reyes de los bares nocturnos de Inglaterra. Murdoc es el rey del instrumental y Stuart el rey del canto. ¿Qué pasará cuando ambas partes se encuentren?