Capitulo 5: Para eso estan los amigos.

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~ PETER ~

Había días en los que realmente me gustaria no haber conocido a Monique y Henry, diria lo mismo de George, pero nada pudo evitar su procreación... bueno, tal vez un condón, pero yo no fui responsable de eso.

Nunca creí encontrarme con la chica del bar de nuevo, y mucho menos traer su engrapadora en mi mochila por accidente.

Me había parecido buena idea devolversela, pero no estaba muy seguro de que ella recordara mi existencia vital, algo de lo que no me equivoque ya que no me recordó hasta que le nombré el pequeño incidente.

—Peter, claro, es que nunca dijiste tu nombre... creo —admitió—. Y mirá, mi engrapadora.

—La traje entre mis cosas por accidente, ya sabes, las casualidades.

Ella asintió lentamente y yo hice lo mismo.

Ninguno sabia que decir, realmente esto se había tornado incomodo.

—Estoy con unos amigos, deberia irme —avisé—. Solo te reconocí y como tenía la engrapadora...

—Si, claro, claro —sonrió de manera nerviosa—. En serio lamento el incidente de la otra noche, soy muy inoportuna algunas veces.

—¿Algunas veces? Todo el tiempo diria yo.

Una chica de cabello castaño y piel morena se acercó a nosotros limpiando un vaso, probablemente era camarera.

—¿Quién es el chico? —preguntó—. ¿Leyó alguno de tus magicos carteles de los postes? —volteó a verme a mi—. Amigo, si eres algún tipo de ladrón o...

—Bethy, no viene por los servicios.

¿Servicios? ¿Es una prostituta o algo así?.

—Es solo un chico que conocí en el bar, cuando me dejaste sola —se quejó—. Peter.

La saludé con mi mano bastante incomodo.

Era más que seguro que mis amigos estaban disfrutando todo este momento, tal como disfrutar una pelicula en el cine con comida. Como los odio.

—Recuerdalo ¡Fui una de las elegidas! ¡Seré famosa, Missy! No seamos envidiosas, por Dios —agitó su cabello—. Una de nosotras sacó el talento y la otra... mmh... bueno...

—Si, si, ya entendí, solo largate Bethy.

—Bien, es mi descanso —avisó y se fue.

No sabia ni siquiera por qué seguia parado ahí como un tonto, así que decidí volver a mi mesa con mis amigos y mi hermano.

Henry estaba tomando un jugo de naranja, Monique puso un separador en su libro y George comia galletas como si no hubiera mañana.

Me senté en mi lugar nuevamente y mordí el pedazo de pastel que aún le quedaba a Monique en su plato.

—¿Y cómo te fue con tu chica? —preguntó Henry.

—Creo que se come sus penas —bromeó entre risas Monique—. Me debes un pastel.

—Uno; no es mi chica —limpié mi boca cubierta de migas—. Dos; no me como mis penas.

—Bueno, dime ¿Cómo te fue? —insistió Henry.

—No sé, le devolví su engrapadora, tampoco es que esperaba que se enamorara de mi por eso —respondí—. De todas formas no me interesa, no sé, no la siento mi tipo.

—Ah, ¿Tienes un tipo? —cuestionó Monique.

Todos rieron, incluido George.

—Estamos muy bromistas hoy —protesté.

—Solo intento subir tu humor —rodó los ojos—. Es una chica, ya conseguiras otra.

—Y creo que es prostituta, no sé ¿Sería algo posible?.

Ninguno dijo nada y simplemente no entendía por qué ¿Acaso ser prostituta era algo anormal? ¿O tal vez la cosa era qué yo quería salir con una prostituta? ¿Sería exclusiva? ¿Por qué me importa si es exclusiva o no? Ni siquiera confirme esa teoría, la gente ofrece muchos servicios... deberia dejar de pensar y concentrarme un poco en mis amigos.

Monique bebió de su café, Henry me miraba raro y George limpiaba remera llena de migas de galletas.

—¿Eso la hace aún más rara? —cuestioné.

—No sé... ¿Quieres qué te nombre la cantidad de enfermedades sexules que puede contagiarte una prostituta? —preguntó Monique.

—Ni siquiera recordaba mi nombre ¿Cómo deduces que me acostaré con ella en algún futuro? —me quejé.

—Además, él dijo que no tenía interes en ella —agregó George.

—Exacto, gracias hermano, ¿Acaso no confian en mi palabra?.

—Prostituta o no, es linda —admitió Henry—. Parece amable y no te mandó a la mierda las dos veces que le hablaste.

—Si, bueno, eso tienes a tu favor —Monique se levantó y comenzó a acomodar su bufanda—. Me tengo que ir.

—¿A dónde? ¿Tu grupo de ancianas qué leen novelas romanticas te necesitan? —se burló Henry.

Monique sujetó su cabello y rodó los ojos.

—¡No me digas que tienes una cita! —dije entre risas.

George levantó la cabeza, más interesado en nuestra conversación.

—Oh mi Dios ¿Cuantos años más que tu tiene esta vez? —preguntó Henry.

Nuestra amiga rodó los ojos.

Una vez salió con su jefe, un par de años mayor que ella —entre unos siete años maso menos— y siempre nos recordamos de su enamoramiento por su viejito, algo que ella odia.

—Tenemos la misma edad, imbeciles —se quejó—. Lo conocí en una exposición de arte, hizo una pintura que me gustó mucho y solo nos vamos a juntar para hablar de ella, ni siquiera es una cita, creo que solo quiere consejos de una estudiante de arte.

—Claro... consejos —Henry le guiñó un ojo—. ¿Podemos acompañarte? Kim me canceló porque planea hacer una remodelación de su casa con sus padres y creo que si salgo solo con Peter hablaremos de la prostituta linda que le gusta y salir con George no está en mis planes.

—Gracias, Henry —dijo George sarcastico.

Reí.

—Yo quiero ir solo a conocer a este misterioso artista ¿Modelaras para él estilo Titanic?.

Monique nos golpeó a ambos.

—Son asquerosos —protestó—. Y no, ni sueñen que vienen conmigo, si de casualidad es una cita no puedo llegar con mis dos raros amigos y... lo que sea que fuera George.

—Iré a pagar mi comida —avisó mi hermano.

—Prometemos no asustarlo.

—Además, si esto funciona y son novios deberas presentarlo de todas formas —agregó Henry.

Monique pareció pensarlo y luego bufó.

—Bien ¡Pero solo diran hola y se iran! ¿Okay? Se supone que quiere verme a mi, no a mis maniaticos amigos.

Henry asintió con una sonrisa y se quedó discutiendo con Monique acerca de algo que realmente no entendia, ya que yo solo estaba concentrado en el asiento vacio donde antes se encontraba la chica rara de la engrapadora.

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* MONIQUE EN MULTIMEDIA *

El desastre entre Missy y Peter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora