~ PETER ~
—¿Pueden irse de mi departamento? No los quiero aquí cuando ella venga.
Monique estaba tirada en mi sofá cambiando de canales, mientras que Henry se encontraba con George en la cocina viendo como se hacian las galletas.
—¿Ella? ¿Alguien va a venir? —fingió sorpresa Henry—. Oh Dios mio, no lo sabia.
—Callate Henry, tu me arrastraste aquí especificamente por eso —protestó Monique—. Y tenía una cita con Aaron.
—¿Tu amigo imaginario? —bromeó Henry
—El pintor que intimidaron la ultima vez —se quejó.
—Si sigue contigo no lo intimidamos mucho.
Monique se veía molesta, ni siquiera optó por responder la burla de Henry hacia lo que seria su futuro novio.
Missy me había mandado un mensaje diciendo que iba a venir por el dinero ahora, así que ya tenía todo preparado, solo iba a darselo y listo, ella no entraria, no teniamos por qué conversar, podria irse simplemente y yo volver a mi vida normal. Pero sabia claramente que Henry tenía otros planes, por eso estaba aquí.
El timbre sonó y todas las miradas fueron hacia mi.
—¿Tengo qué ir yo a abrir la puerta? —me quejé.
—Yo iria, pero tengo las manos sucias... y creo que tambien la cara —avisó George.
—¡Ahí voy! —grité.
Me levanté de mi silla y abrí la puerta, ahí mismo se encontraba Missy sonriente y mejor vestida que ayer, probablemente iba a salir. Se veía bien pero me parecia inapropiado hacer ese tipo de comentarios a una chica que apenas conocia.
—Peter, ¿Recibiste mi mensaje, no? Te puse que iba a venir.
—Si, si, claro, perdón por no responder, es que no sabia que decirte.
—Mmh... no se, tal vez un "Okay, Missy, espero emocionado tu llegada" esa seria una buena elección —sugirió.
No sabia que decir de nuevo.
—Se suponia que eso era una broma —sonrió—. Mejor dame el dinero así puedo parar de molestarte.
—No, digo si, toma, pero el "no" iba referido a que no me molestas, solo que tu chiste fue un poco malo.
—La verdad duele, pero si, era malisimo.
Henry apareció de la nada y pasó un brazo por mis hombros mientras tenía una sonrisa en su rostro.
—¿Tienes planes para la noche? Nosotros pensabamos salir ¿No quieres venir? —preguntó.
¿Cuando se supone que pensabamos salir?.
—No, lo siento, Archie y Bethy me esperan abajo, ibamos a ir al karaoke.
La sonrisa de Missy —y también la mia— se desvaneció ante la llegada de Kimberly, quien no era bienvenida a mi departamento, algo que parecia importarle muy poco ya que entró de todas formas.
—Me tengo que ir.
Y finalmente se marchó sin despedirse y estaba seguro de que era culpa de Kimberly.
—¿Qué hacian hablando con esa chica? —rodó los ojos—. Es molesta y grosera.
—Creo que se está describiendo a si misma —me susurró Monique una vez que me senté a su lado en el sofá.
Reí bajo para que ellos no me escucharan.
—Es solo una chica que queremos que salga con Peter, bebé, no es la gran cosa —explicó Henry, luego besó su frente y la abrazó, pero Kimberly no parecia estar de humor para abrazos ya que se separó rápidamente.
—Es la chica que se tiró las bebidas en su ropa —protestó—. ¿No recuerdas? Cuando pensaste que ese karoake era un restaurante cinco estrellas.
—Las papas ahí estaban buenas —se defendió—. ¿Y segura que era ella?.
—Nunca me confundo, Henry, deberias saberlo —le aseguró.
Mi amigo sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas, y acto seguido puso ambas manos en mis hombros para luego sacudirme.
—Ve a cambiarte, hoy hay salida, George estás invitado.
—Woah... que honor, gracias —dijo mi hermano sarcastico.
—Si van a ir tras esa chica prefiero irme a casa —se quejó Kimberly—. Tengo cosas más importantes que hacer que conseguirle a Peter una novia patética.
—Ni siquiera la conoces, no deberias juzgarla así, en ese caso tu eres la patética y con poca clase —la interrumpió Monique.
—¿Quién eres tu para hablar de clase? ¿No salias con un hombre como de cuarenta solo por su dinero? —se burló.
Estaba bien bromear con eso mientras seamos Henry o yo los que digan esas bromas, Kimberly no era quien para entrometerse.
—Kimberly, como si tu no tuvieras un pasado —dije mirandola.
—Veo que ya sé lo piensan sobre mi —sonrió—. Me voy y tu vienes conmigo.
Sabia que lo hacia aproposito, no era la primera vez. Nosotros la atacabamos y ella, como una especie de raro castigo, arrastraba a Henry a cualquier otro lado solo para hablarle mal de nosotros.
—Pero ninguno de ellos saben donde queda el karaoke —se quejó—. Hace tiempo Peter no muestra interes en una chica, debo ayudarlo, somos amigos.
—No sabia que tus amigos tenían un rango más alto en tu vida que el de tu novia —rió de manera sarcastica.
—Ya tuvimos esta discución Kimberly.
Y ahí iban de nuevo. Insulto por aquí, insulto por allá, y al final terminaban juntos otra vez, como si nunca hubiera peleado.
—Así que pleneas quedarte con el perdedor de Peter y la perra de Monique —murmuró lo suficientemente fuerte para que la escucharamos, probablemente aproposito.
—¡Ah, no! —gritó Monique—. ¡La única perra aquí lleva plataformas y una chaqueta horrible!.
Tomé la cintura de Monique y uno de sus golpes al aire paró en mis costillas, el cual fue lo suficientemente fuerte para que la soltara y ella casi saltara sobre Kimberly, si no fuera por Henry que la sujetó a tiempo.
—¡Tu y yo afuera! Zo...
Antes de que terminara su insulto mi amigo le tapó la boca.
—Deberias irte —pedí, algo que sabia que Henry no podía hacer—. Es el departamento de este perdedor, y no me agrada tener en él a chicas que llaman perra a mi mejor amiga.
Abrí la puerta.
—Henry te puede ver en otro momento.
Kimberly se fue, pero no por eso Henry soltó a Monique, aún estaba muy alterada.
—Deberias volver a considerar a que tipo de chica tienes como novia —le sugerí a Henry—. Porque la proxima no detendré a Monique, además de que es probable que me haya fracturado una costilla.
—Si, no sabia que podia tener tanta fuerza, ¿Crees que ya deberia soltarla? —preguntó.
—Mejor abrazala, hablaron mal de ella, le dijeron perra, creo que necesita un abrazo, ya sabes lo sencible que es —respondi.
—Se que es mal momento —comenzó George y vino al living con un delantal de cocina que decia "Dale un beso al chef" el cual no era mio, yo no tenía delantales—. Pero ya están las galletas.
Todos nos sentamos en la mesa, George nos trajo café —estoy comenzando a pensar que él es como mi madre— y comenzamos a comer.
—¿Aún crees que Missy siga en el karaoke? —preguntó Monique.
—¿No deberian preguntarme a mi si quiero ir? Despues de todo yo sería el que salga con ella —protesté.
—No, tu opinión no importa —afirmó Henry—. Y luego de comer las galletas vamos al karaoke.
ESTÁS LEYENDO
El desastre entre Missy y Peter.
RomancePeter era un desastre ¿Para qué iba a negarlo? Sus hermanos lo sabian, sus padres lo sabian e incluso sus propios amigos no lo negaban. Varios años despues de terminar con su novia, su hermana decide que ya es hora de acabar con su mal humor y lo i...