Capitulo 57: El reto de Bob.

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~ ARCHIBALD ~
[ESPECIAL SAN VALENTIN 2]

—No lo considero una buena idea a esto —le dije a Missy.

No sentia ganas de jugar al baloncesto. Saber que había arruinado por completo mi oportunidad de estar con Taylor destruyó mi corazón. Pero era Missy, y negarse a una petición suya es complicado ¡Principalmente porque siempre me engaña de manera fácil!.

—Vamos a jugar, los tres —festejó ella sujetando su cabello.

Bob me miró de reojo sin poder creerselo.

Missy, la chica de apenas un metro sesenta y dos, queria jugar al baloncesto de nuevo con nosotros. Y realmente ella no se caracteriza en este deporte por ser una gran jugadora, sino por empujarnos y pisarnos.

—Mmh... paso —dijo mi hermano.

—¡No! ¡Te quedas! —exigió Missy intentando empujarlo, pero mi hermano a su lado era pie grande—. Estoy poniendo en orden mi vida, y necesito que tú estes bien para que eso funcione, además, sé que jugar a esta cosa te gusta mucho, intentalo, y si no quieren que participe no lo haré.

Realmente ella estuvo haciendo un gran esfuerzo toda la semana intentando hablar conmigo lo mas que se pudiera, y yo no se lo puse fácil, había veces en que consideraba golpearme por ser tan estúpido con ella, con Taylor.

Aun no puedo superar aquel "hola" que le mandé ¿En qué estaba pensando?.

—Yo juego si me sueltas —pidió Bob.

Missy estaba abrazando su cintura intentando moverlo.

—¡No puedes ser tan fuerte! —protestó mi amiga.

—Corrección, tú eres muy debil —admitió y luego la sentó en las gradas que había al lado de la cancha—. Vamos Archibald, seguramente ya estas fuera de forma.

—No tengo muchas ganas de jugar —confesé.

—Hasta diez, si ganas puedes retirarte a dormir, si pierdes te toca un reto, ¿Qué dices? —sugirió.

—Bien —acepté.

Él me arrojó el balón.

—Empiezas —pidió.

Realmente estaba fuera de forma. Aveces solia ir a entrenar con mi papá, quien a pesar de ser repostero y tener un café solia entrenar a un equipo en secundaria.

Jugar baloncesto me recordaba mi epoca de estudiante, cuando solo tenía un amigo y a pesar de eso las porristas solian coquetearme después de un juego.

Cada vez que intentaba encestar Bob saltaba y me quitaba la pelota. Eso era demasiado frustrante, detestaba estar perdiendo contra él, principalmente porque mi hermano no tiene problema en gritarte eso durante el juego.

—¿Puedes parar de hablar y jugar? —pedí a lo que él rió.

—No —encestó y me miró—. Diez a ocho, creo que gané.

—Como sea, no haré esto —protesté caminando por mis cosas, pero Bob me detuvo.

—Lo prometiste, un reto es un reto —se quejó—. Y yo quiero que hables con Taylor.

El desastre entre Missy y Peter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora