~ PETER ~
Cuando desperté por la mañana George y Olive ya no estaban en el departamento. Eso me pareció sumamente extraño, ya que ni siquiera era tan tarde como para qe se hubieran ido.
Decidí no darle mucha importancia e ir a ducharme, tal vez debían haber salido a correr.
Hoy debería ver que le pasó a mi auto y ver de donde sacaba el dinero para repararlo.
Luego de arreglarme un poco, fui a la cocina por algo para desayunar, pero Olive y George ya se encontraban ahí discutiendo.
—¡Va a quedar mejor así, estúpido! —se quejaba Olive.
—¡Yo no estoy insultando! No me insultes —protestó mi hermano.
Me reí.
Si tan solo Olive no fuera lesbiana ellos dos harían la pareja perfecta.
—Uh... ¿Sorpresa? —festejó mi amiga.
—Así que esto fueron a hacer cuando no estaban —dije mirando la mesa.
Había una caja con cupcakes de diferentes glaseados y una bolsa con más cosas, pero no pude ver bien que tenía.
—Se suponía que era una sorpresa, pensamos que dormirias más tiempo —admitió George—. Se arruinó un poco.
—Descuiden, fue una linda sorpresa —les aseguré—. Pero me muero de hambre, y hoy tengo un día agitado, se rompió el auto y debo ir al taller.
Olive tomó un cupcake y lo mordió llenando de glaseado su cara y tirando un par de migas al suelo, las cuales iban a desaparecer rápidamente ya que Daisy se las estaba comiendo.
—Bien, yo hago café y te acompañamos —me aseguró.
Olive tal vez era buena cocinando, pero su café era un completo asco, tuvimos que tirarlo y George preparó uno mas decente. Comimos cupcakes y galletas de vainilla, luego Olive decidió acompañarme y mi hermano se quedó a ordenar un poco y ver que iba a preparar para almorzar.
Mi amiga dijo que conocia un taller cerca de aquí y que esos chicos eran sus amigos. Pero antes de poder cruzar la calle alguien me habló por telefono.
—Soy Bob —avisó.
—Eh, ¿Qué pasa? ¿Todo en orden? —pregunté.
Siempre me hablaba cuando algo malo pasaba, tal vez le había ocurrido algo a Missy, esperaba estar confundiendome.
—Llego a tu departamento en diez minutos para ver lo de tu auto, no te muevas —respondió.
—¿Qué? ¿Missy te mandó? —cuestioné—. Ya estoy por ir a un taller.
—No pedí tu opinión, llego en diez minutos —afirmó—. Y no me mandó nadie, pero eso me hace saber que Missy no te comentó que no quiere hablar conmigo.
—¿Te dijo Tyler? —cuestioné.
—Llego en diez, esperame afuera —pidió.
Cortó la llamada.
Olive me miró y yo rodé los ojos.
—Era Bob, viene a ver el auto, lo mandó el amigo de Missy —avisé.
—Bob me agrada, es como un oso, ya sabes, es muy gigante —bromeó—. ¿Y cómo vas con Missy?.
Bufé.
—Nos besamos y nos dimos cuenta de que no sentiamos lo mismo, así que es hora de pasar pagina, esta vez de verdad —le aseguré—. Ahora me quedaré a esperar a Bob, tal vez no me cobre tanto.
Olive asintió.
—Iré a avisarle a Georgie y aprovecharé para sacar a Daisy un rato —dijo ella.
—Si, de acuerdo.
Un rato después Olive bajó junto con Daisy, quien tenia puesta su correa rosada y miraba todo lo que había a su alrededor. Minutos después llegó Bob en su camioneta, y lo primero que hizo fue saludar a la perrita de mi hermano, quien parecia estar totalmente feliz en su presencia.
—Bonita perra, ¿Es tuya? —preguntó.
—No, es de Georgie —respondió Olive.
Él la miró.
—Ya nos vimos antes ¿No? Cuando a tu amigo lo golpearon en la cara—dijo Bob.
—Si, si, soy Olive —se presentó mi amiga—. Y ella Daisy, estaremos por aquí dando una vuelta sin molestar mientras ustedes trabajan.
Ahora su mirada fue hacia donde me encontraba, y comenzó a caminar hasta quedar enfrente mio.
—¿Dónde está el auto?.
Lleve a Bob al auto y él fue directamente por sus herramientas, lo arregló en el estacionamiento y lo único que dijo fue que no era algo grave. Realmente no entendía nada de autos,y el amigo de Missy no tenía ganas de hablar, la única persona que parecía tener ganas de no callarse era Olive, le preguntaba cada cosa que hacia a Bob, pensé que eso lo irritaria pero no se veía molesto respondiendo nada. Treinta minutos después él había terminado.
—Bien, ahora ve a prenderlo —dijo lanzandome la llave.
Olive cargó a Daisy y yo entré al auto para saber si arrancaba. En efecto, Bob era el mejor mecanico de todos.
—¡Si! —festejó mi amiga—. Funciona Daisy, funciona.
—Gracias —le dije—. Y a quien te mandó, no sé si fue Missy o...
—Tyler —interrumpió—. Me mandó Tyler para ver que ocurria, quería venir él pero no estaba seguro.
—A él también —afirmé—. ¿Cuanto te debo?.
Bob palmeó mi hombro.
—Una comida y un favor, luego arreglaremos cuando seran ambas cosas —dijo con una sonrisa—. Quien sabe, tal vez este sea el principio de una gran amistad.
No parecia decirlo en serio, sino mas bien como una broma.
—Me voy ahora, no quiero molestarlos más —avisó—. Pero antes...
Se acercó nuevamente a Daisy y acarició su cabeza, ella nuevamente parecia quedar tonta ante los encantos de Bob.
—No estaría mal adoptar un perro, mi mamá me mataría pero lo vale —le sonrió a Olive—. Nos vemos luego, castaña, y hasta la proxima Peter.
Él se fue, dejandome en claro que era un poco raro.
—Bueno... ahora que tu auto anda, ¿Qué hacemos? —preguntó mi amiga.
Me encogí de hombros.
—¿Vamos por unas bebidas? Despues de todo Georgie ya debe haber acabado con el almuerzo.
—Si, vamos de paseo con Daisy —festejó.
Ambos nos subimos al auto y nos fuimos por algo de tomar, probablemente una cerveza aunque ella se niegue.
— . —
*Estoy en plan buena persona, así que les preguntaré: ¿Les gustaría un capitulo narrado por Bob? ¿Lo desean mucho?*
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El desastre entre Missy y Peter.
Storie d'amorePeter era un desastre ¿Para qué iba a negarlo? Sus hermanos lo sabian, sus padres lo sabian e incluso sus propios amigos no lo negaban. Varios años despues de terminar con su novia, su hermana decide que ya es hora de acabar con su mal humor y lo i...