~ TAYLOR ~
—Si, pasaremos navidad con papá y año nuevo con mamá —le expliqué a Parker—. Creo que saldré un poco antes esta vez y me quede un par de días en casa de papá.
—Bien —aceptó mi hermano—. Pero te llamaba para preguntarte otra cosa, es importante.
Dejé de doblar mi ropa y me senté en la cama.
—Te enseñé a usar un condón, bueno, te di un folleto, dime pr favor que no hay nadie embarazada —pedí.
—¡Taylor! —se quejó haciendome reir—. Es por otra cosa.
—Dime, vamos —insistí.
—Hay una chica en mi escuela a la que le quiero regalar algo para navidad —explicó—. Pero no sé qué, ella es inteligente, le gusta leer mucho, habla frances y sueña con visitar París.
Las palabras de mi hermano me tomaron por sorpresa, nunca hablabamos de nuestras relaciones ni nada parecido, no teniamos ese tipo de confianza entre nosotros. Pero que me estuviera pidiendo un consejo sobre qué regalarle a una chica me hacia pensar que iba en serio con esta relación por primera vez.
—¿Es tu novia? —pregunté amablemente.
—No.
—Entonces te gusta —afirmé.
—Si, algo así —admitió—. Pero ella me odia.
—¿Cómo puede odiarte? Eres muy adorable, Parker —protesté.
Esta chica ya me estaba desagradando. ¿Cómo podía odiar a mi hermano? Es la persona más dulce del planeta.
—Creo que yo me conseguí esa reputación de ser odiado por las mujeres, y ella ahora no se quiere relacionar conmigo, pero aún así quiero regalarle algo, ayudame Tay.
—Bien —acepté—. Le gusta Paris, el frances, es inteligente... mmhh... si mal no recuerdo eres bueno dibujando.
—Si, pero un dibujo es muy básico.
—No, demuestra tus sentimientos, te tomaste el tiempo de hacerle un bonito dibujo de Paris, escribirle una carta y, además, comprarle un peluche.
Si alguien hiciera eso por mi me volvería loca.
—Mi ortografía es horrible —se quejó—. Y no estoy muy seguro de que Ophelia sea de peluches.
—Ophelia es un lindo nombre —comenté—. Puedes pasarme la carta para que la corrija y cambia el peluche por otra cosa, ¿Un collar? ¿Un llavero?.
—Bien, me gusta la idea del collar —opinó—. Espero que no me tire el regalo por la cabeza cuando vaya a darselo.
—Si es así dile que iré tras ella —pedí.
Eso lo hizo soltar una carcajada.
—La mantendré informada, no te preocupes —me aseguró—. Y la carta es personal Tay, no quiero que la leas.
Y así es como le rompen el corazón a Taylor.
—Bien, pero entonces tal vez le moleste la mala ortografia —avisé.
—Podria darsela a Sun, es mi vecina y es amable cuando tiene ganas —admitió—. Pero no creo que funcione, es muy buena amiga de Ophelia y por más que le agradé no quiere que me le acerque.
—Bien, ¿A Judith? O sino pásamela a mi —insistí—. Sabes que nunca me burlo de tus cosas, prometo no mencionar nada de la carta para extorcionarte, en serio.
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El desastre entre Missy y Peter.
RomancePeter era un desastre ¿Para qué iba a negarlo? Sus hermanos lo sabian, sus padres lo sabian e incluso sus propios amigos no lo negaban. Varios años despues de terminar con su novia, su hermana decide que ya es hora de acabar con su mal humor y lo i...