5.

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Taehyung se despertó esa mañana como cualquier otro día, pero había algo diferente en el aire. Su reflejo en el espejo del baño lo miraba con ojos apagados, carentes de la chispa habitual. Intentó esbozar una sonrisa, pero los labios simplemente no se movían. Era un gesto que solía venirle con facilidad, pero hoy parecía una carga.

El peso de sus pensamientos lo abrumaba. Sabía que Jungkook, su mejor amigo, también sentía algo especial entre ellos, pero ese "algo" seguía siendo un secreto compartido que los dos parecían temer revelar. La idea de que su amigo pudiera rechazarlo le dolía más de lo que quería admitir. Cada vez que Jungkook estaba cerca, su aroma dulce y envolvente llenaba el aire, haciendo que Taehyung sintiera una mezcla de excitación y anhelo. Era un olor que le resultaba irresistiblemente atrayente, pero que también le recordaba la delicada línea que caminaban.

La verdad era que Taehyung había pasado por el test de compatibilidad y había sido identificado como un alfa. Jungkook, en cambio, había sido clasificado como un omega. Esa distinción les otorgaba roles en el mundo que los rodeaba, y aunque Taehyung sabía que era su deber proteger a su omega, el mismo sistema lo llenaba de dudas. ¿Era realmente su destino? Esa pregunta giraba en su mente como un eco incesante.

De repente, la puerta se abrió y su madre, Jin, entró en su habitación con una expresión de preocupación.

-Tae, ¿estás bien? -preguntó, su voz suave y maternal, pero cargada de inquietud.

-Sí, omma -respondió Taehyung, esforzándose por sonreír-. Solo... he decidido quién es mi omega.

Jin lo miró, con una ceja levantada, como si sopesara cuidadosamente sus palabras antes de hablar.

-Tae... tienes solo 15 años. Todavía eres un niño. No puedes estar seguro de que esa persona sea tu destino -dijo, meditando sobre la realidad que su hijo enfrentaba.

Las palabras de su madre resonaron en su mente, pero Taehyung solo podía pensar en la mirada de rechazo que había visto en el rostro de Jungkook. Tal vez su amigo no era lo que él había imaginado, como tantas veces le había repetido su padre. La idea de encontrar su omega, de construir una familia, parecía un sueño lejano que se desvanecía con cada pensamiento negativo que cruzaba su mente.

¿Y si solo regresaba a ser como antes? Pensó Taehyung, recordando los días en que su relación con Jungkook era pura y sencilla, cuando eran simplemente dos chicos riendo y jugando, sin la complejidad de la adolescencia y las expectativas de su mundo. Pero esa simplicidad ahora parecía inalcanzable, y el anhelo de tener a Jungkook cerca se mezclaba con el miedo de perder su amistad.

Taehyung se sintió atrapado entre el deseo de seguir adelante y el miedo a dar un paso en falso. En su corazón, sabía que Jungkook era más que un amigo; era su omega, su compañero de vida. Sin embargo, el peso de esa revelación era casi insoportable. ¿Podría realmente arriesgar su amistad por algo que podría no ser correspondido?

La lucha interna continuó, y Taehyung se dio cuenta de que, por ahora, lo único que podía hacer era esperar. Esperar y observar, con la esperanza de que un día, los dos pudieran enfrentar la verdad juntos, sin miedo ni dudas.

.......

Jungkook se despertó esa mañana sintiéndose más agotado que nunca. Un dolor punzante recorría su cuerpo, como si hubiera estado luchando contra un enemigo invisible. Su cabeza estaba envuelta en una niebla de fiebre, y la temperatura de su piel se sentía anormalmente caliente. En el fondo, sabía que algo no estaba bien, pero el malestar era lo suficientemente intenso como para mantenerlo aturdido.

¿Mi Pequeño amor?[VK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora