¿Mi Pequeño amor?[VK]

Especial Mochi's

Para las personas que siguen mi historia, gracias por su apoyo .

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Había una vez...

Espera... esto no es una historia más de un cuento de hadas. No hay princesas básicas que solo esperan a su príncipe para que las rescaten, ni aquellas independientes que desafían la norma. No, nada de eso. Esta es una historia de... ¿animalitos?

 Aunque "híbridos" sería una mejor palabra.

En la parte más oscura del bosque, donde las luciérnagas danzan en la penumbra, un conejito salió cautelosamente de su cueva. Su cuerpo era delicado, con ropas limpias que acentuaban su esbelta figura. Sus orejas, largas y atentas, captaban cada sonido, cada susurro del viento, mientras su corazón latía acelerado. Cada noche, realizaba una rutina diaria, ya que durante el día debía cuidar de su numerosa camada de hermanos.

Corrió con agilidad, sabiendo que la noche era su aliada, pero también un peligro. En el silencio del bosque, un lobo solitario de cabellos rojizos olfateaba el aire en busca de un bocado. Taehyung sabía que cazar solo era complicado; los conejos eran demasiado rápidos. Entonces, tomó su forma humana, cubriendo su cuerpo con las ropas que había dejado en un lugar seguro. A pesar de pertenecer a una manada numerosa, se sentía aislado al ver parejas unidas a su alrededor.

Con un suspiro, acarició sus orejas, sintiendo la tristeza apoderarse de él. Se recostó contra el tronco de un viejo árbol, cerrando los ojos y deseando un descanso, aunque en el fondo anhelaba compañía.

Mientras tanto, Jungkook, el pequeño conejo, detuvo su carrera y transformó su figura. Las largas orejas de conejito aparecieron en su cabeza, y su cola esponjosa, de un blanco inmaculado, se movía con entusiasmo. Se mordía el labio inferior, anticipando la vista del inmenso cielo azul y la luna brillante.

Con pasos suaves, se adentró en el bosque, dejando que sus manos acariciaran las hierbas altas. El aroma a tierra húmeda y flores silvestres le llenaba los sentidos. Ya estaba cerca de su destino; podía sentirlo en cada fibra de su ser. El cielo despejado se iluminaba con la luz de la luna llena, revelando a un lobo que dormía profundamente y a un conejito lleno de curiosidad.

Jungkook avanzó un poco más, extendiendo la mano para tocar la suave cabellera de Taehyung. Al rozar sus orejas, el lobo movió la cabeza, como un cachorro que busca cariño.

Se acuclilló para estar a su altura, disfrutando del momento, hasta que una gran mano tomó la suya, haciéndolo saltar. El temor se apoderó de su cuerpo, pero, en un giro inesperado, no se alejó.

—No deberías tocar a un lobo que aún no ha cenado, conejito... —susurró Taehyung, su voz ronca y cautivadora.

Jungkook lo miró con ojos grandes, su corazón latiendo con fuerza. Las palabras se atoraron en su garganta; solo deseaba estar cerca de él.