48.

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—¡Les dije que no quería NINGÚN MALDITO ERROR! —la voz de Wonwoo resonó con una furia contenida, mientras sus manos se enredaban en su propia cabellera. Cada palabra era un eco de su frustración, un recordatorio de que la vida de Jungkook estaba en peligro. Un desangrado... esas palabras sonaban como un reloj de cuentas atrás en su mente.

Frente a él, cinco betas se encontraban en su despacho, con la cabeza baja, incapaces de mirar a su alfa a los ojos. El aire estaba cargado de tensión, y el frío de la mañana se colaba por las ventanas, como un presagio del desastre que había golpeado su hogar. La escena era caótica; papeles y objetos de su escritorio estaban esparcidos por el suelo, reflejo del tumulto en su interior. No podía comprender cómo habían llegado a ese punto, cómo su hermano se encontraba en un estado tan crítico.

—Te dije que estaba en cinta, idiota... —la voz de su hermano resonó con una mezcla de ira y desesperación. Era un recordatorio mordaz de que la falta de atención de Wonwoo había llevado a esta tragedia. —Pero como el tonto que eres, no me escuchas...

El alfa volvió su mirada hacia su hermano, el gruñido que escapó de sus labios era un intento de intimidarlo, un reflejo de su furia y su impotencia. A pesar de que su hermano le había advertido, no había estado preparado para enfrentar la realidad de que Jungkook estaba en peligro. Sus pies, como si tuvieran voluntad propia, lo llevaron hacia el cuarto de su supuesto omega. No quería pensar en aquel ser repugnante que ocupaba su mente, ese ser que, a pesar de todo, le recordaba a Jungkook.

—Está mejor, por suerte no tuvo un aborto espontáneo —anunció el médico, un beta que había estado a cargo de cuidar de Jungkook. Se levantó y pasó junto a Wonwoo, quien apenas pudo escuchar las palabras que se pronunciaban a su alrededor. —Sin embargo, sugiero que este omega esté con su verdadero alfa o morirá junto con su bebé...

El corazón de Wonwoo se hundió en su pecho al escuchar eso. Podía ser considerado la peor escoria frente a los ojos de los demás por amar a alguien que no le correspondía, pero no deseaba que Jungkook muriera por su culpa. La culpa lo devoraba, y se mordió el labio inferior, visualizando nuevamente al dulce omega que había capturado su corazón. Recuerdos de Jungkook inundaron su mente: su sonrisa, sus mejillas regordetas, esos dientes de conejito que siempre lo hacían sonreír, y aquella mirada que irradiaba ternura y pureza.

Era un niño en muchos aspectos, y a pesar de saber que no le pertenecía, se había enamorado de su belleza, de los peculiares rasgos que lo hacían destacar. Su amor por él era un secreto desgarrador, un lazo que lo ataba a ese omega que le pertenecía a otro alfa. Jungkook era de Taehyung, y aunque ese pensamiento le desgarraba el corazón, no podía evitarlo.

—Perdóname por ser tan egoísta, Kookie... —susurró, sintiendo el peso de la culpa sobre sus hombros. —Te estoy matando lentamente por mi culpa.

Los ojos de Wonwoo se llenaron de lágrimas, y la realidad se convirtió en un tormento en su corazón.

Los ojos de Wonwoo se llenaron de lágrimas, y la realidad se convirtió en un tormento en su corazón

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¿Mi Pequeño amor?[VK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora