38.

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El viento soplaba suave en la madrugada, y los primeros rayos del sol empezaban a teñir el cielo con tonos anaranjados y dorados. Taehyung, envuelto en una manta cálida, observaba el horizonte desde el balcón. La escena era casi cinematográfica, como si estuviera en una de esas películas tristes donde la música melancólica acompaña cada momento. Su aroma a sándalo y naranja flotaba en el aire, mezclándose con el suave olor a café recién hecho.

A su lado, Jungkook, con el dulce aroma a chocolate con malvavisco, se sentó en el suelo junto a él, apoyando la cabeza en su hombro. Era una madrugada tranquila, pero ambos sabían que bajo esa calma aparente, una tormenta de emociones y pensamientos los acechaba.

El cumpleaños de Jungkook estaba a solo unos días. Taehyung le había prometido que todo estaría solucionado para entonces, que Wonwoo no volvería a ser una amenaza para ellos. Sin embargo, las visitas recientes de sus padres lo hacían dudar. El miedo que Jungkook intentaba ocultar se hacía evidente en sus ojos cada vez que mencionaban a Wonwoo.

— ¿Tae...? — Jungkook murmuró, su voz casi ahogada por el peso de las emociones que cargaba.

Taehyung lo envolvió con más fuerza en sus brazos, protegiéndolo de la brisa fresca de la mañana y, simbólicamente, de todo lo que pudiera herirlo. Ambos permanecieron en silencio durante unos minutos, observando cómo el cielo cambiaba de color, cómo el azul oscuro de la madrugada se tornaba en una paleta de dorados y naranjas, como si el universo les regalara un momento de paz.

El silencio era cómodo, pero también cargado de significados no dichos. Jungkook, con los ojos cerrados, se acurrucó más en el pecho de su alfa, respirando profundamente, buscando consuelo en su aroma. Taehyung lo observaba, notando cómo su omega parecía encontrar tranquilidad en su presencia. Pero el peso de la incertidumbre seguía en el aire.

— ¿Crees que acabará todo esto? — Jungkook preguntó, su voz suave y apagada por la somnolencia.

Taehyung, con una mano acariciando los oscuros mechones de su omega, no respondió de inmediato. Miraba el horizonte, como si allí pudiera encontrar la respuesta que Jungkook necesitaba. El plan había avanzado, y tanto Yoongi como Namjoon habían cumplido su parte. Ahora todo dependía de él. Necesitaba hablar con su abuela, pero la empresa había estado absorbiendo todo su tiempo.

Finalmente, Taehyung se inclinó y besó la frente de Jungkook, dejando que sus labios se quedaran un segundo más de lo necesario, como si ese pequeño gesto pudiera transmitirle todas las palabras que no podía decir.

— Si todo acaba... — comenzó, con una sonrisa que intentaba disimular la preocupación en sus ojos —. ¿Me prometerás que te casarás conmigo?

Jungkook abrió los ojos, sorprendido, y su respiración se cortó por un instante. Sentía su corazón latir con fuerza en su pecho, y las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. A pesar del miedo y la incertidumbre, había algo en la voz de Taehyung que le daba esperanza, una promesa de un futuro en el que estarían juntos sin preocupaciones.

— Sí... — murmuró Jungkook, su voz temblando por la emoción.

Taehyung sonrió, pero no estaba satisfecho con esa respuesta tan tímida. Sabía que podía sacar más de su omega. Se inclinó hacia él, jugando con su cabello, y susurró cerca de su oído, disfrutando de la manera en que Jungkook se estremecía bajo su toque.

— ¿Sí qué, Kookie? — preguntó en un tono travieso, dejando que su voz vibrara suavemente contra la piel del cuello de Jungkook.

— Tae, deja de fastidiar — respondió Jungkook, intentando alejarse, pero su tono era más de broma que de molestia real.

¿Mi Pequeño amor?[VK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora