18.

6K 540 31
                                    


Porque todas sus acciones eran tan estúpidas con ese Alfa, ¿acaso era tan idiota como para amarlo? Vamos, sabía de antemano que tenía una relación, así que ¿por qué estaba actuando así?

Sabía que lo amaba, que no podía dejar de pensar en él, en sus labios tocando los suyos, en cómo sus pieles se sentían al contacto de esos suaves vaivenes que pasaron la noche. Una noche juntos, la primera del menor.

Pero, ¿había amor mutuo o tal vez solo eran palabras vacías que él había escuchado toda la noche por parte de Taehyung?

—Omma, yo...

Jungkook trataba de decir la verdad, pero las palabras no salían de sus labios. Abrió nuevamente la boca para decir algo, pero luego solo la volvió a cerrar.

—Sr. Min, lo que Koo... Jungkook quiere decir es que me topé con él mientras subía al ascensor, y tal vez le haya impregnado mi aroma —dijo, observando a Jungkook, que desviaba la mirada.

Jimin no sabía qué decir. Tomó la mejilla de su hijo para que lo mirara por un momento y después lo dejó en ese pasillo. Jin, que veía cómo su hijo defendía al menor, se dedicó a observar cómo las cosas fluían. Después de todo, ya no quería ver a su hijo mal.

Jimin caminaba por el pasillo, soltando profundos suspiros mientras se sobaba el cabello, dejándolo todo alborotado. Maldijo en voz baja cómo su cabello estaba mal peinado, formando un puchero. Se mordió el labio mientras observaba la puerta de su esposo y luego, desde lejos, a su hijo sentado en una silla.

Esto me recuerda tanto a ese día.

—¿Oh, Jiminnie?

Alcé la vista y noté a un hombre alto. Tenía un semblante de alfa, más que su fragancia me resultaba familiar. Me acomodé la ropa y lo observé mejor, formando una sonrisa en mi rostro.

—Jihyuk hyung... ha pasado tiempo.

Este asintió y puso la tableta metálica en una de sus manos. Noté que había cambiado desde que dejé de verlo en la universidad. Sí, él era alguien importante en mi vida, pero no funcionó como los dos teníamos planeado.

Tenía una bata blanca y unas gafas que le hacían parecer joven ante mí. Él me llevaba tres años, y no se notaba.

Él me abrazó rápidamente mientras recordaba algunas cosas. No supe cómo reaccionar y me alejé rápidamente con mis manos.

—¿Estás marcado, verdad? Hueles a un alfa —yo asentí, después mirándolo a los ojos. —Espero que no sea un idiota como yo... —sonrió, mostrando una sonrisa felina. Yo me quedé cabizbajo para que luego él levantara mi mentón—. Jiminnie... no te pongas así.

Intenté sonreír, levantando la vista hacia sus ojos, que estaban un poco cristalizados. Jimin sintió su corazón romperse; después de todo lo que había pasado con ese chico, aún lo quería como amigo. Lo abracé un poco, haciendo que él, más alto, se sobresaltara para corresponderme de forma cálida.

—Tal vez debamos reencontrarnos. Estar en un hospital a veces es un poco aburrido —dijo, volviendo a observar a su menor, que tenía un leve puchero.

—¿De qué diablos hablas, mocoso? —le dio un golpe en la cabeza una tercera persona—. Tú deberías estar con los pacientes, no coqueteando con los familiares... —gruñó el chico de la misma estatura, observando a la otra persona—. Jiminie...

—Ohh... Minho —se acercó para darle un abrazo tan fuerte como el de su otro amigo—. Sigues siendo el fantástico omega, como siempre... —sonrió, mostrando dos líneas en sus ojos cuando lo hacía.

¿Mi Pequeño amor?[VK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora