¿Mi Pequeño amor?[VK]

21.

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lguna vez has pensado que tal vez tu familia sea cómplice de algo demasiado estúpido, como el amor de un omega o un beta.

Sentado en la cocina, la luz del sol filtrándose a través de las ventanas, miré a mi eomma Jin, quien estaba rodeada de varias carpetas esparcidas sobre la mesa. El ambiente estaba impregnado de un ligero aroma a naranja y sándalo que siempre emanaba de ella, una fragancia que me reconfortaba en momentos de tensión. Sin embargo, hoy, en lugar de calmarme, me erizó la piel. Me mordí el labio inferior, nervioso, sintiendo que el peso de la culpa me oprimía el pecho. Cada carpeta que pasaba por sus manos contenía fotos de diferentes chicos, y, de alguna manera, todos ellos parecían recordarme a Jungkook.

¿Por qué lo veo en todos lados? La pregunta resonaba en mi mente, cada vez más pesada. Sonó mi celular justo cuando mi eomma se disponía a hablar, y tomé la llamada con un hilo de esperanza.

—¿Te fuiste temprano? —la voz de Hoseok, con un tono frágil y soñoliento, me llegó como un susurro, lo que me hizo sentir un poco más a salvo en mi confusión.

—Yo... —me mordí el labio otra vez, luchando contra el nudo en mi garganta. —Te quería decir que...

—Kim Taehyung, quiero que vengas en este momento.

La orden de mi madre resonó en mis oídos como un eco aterrador, y colgué la llamada sin siquiera responder. La mirada seria de Jin me heló la sangre; sabía que esto no era bueno. Me armé de valor y me acerqué a la mesa, sintiendo la intensidad del momento, la tensión palpable en el aire.

—Solo quiero ver que la descendencia Kim esté bien —dijo, tomando la foto de un chico rubio que no podía reconocer, aunque su imagen se desvanecía frente a la de Jungkook. Su aroma a chocolate aún persistía en mis recuerdos, y el pensamiento de él me hacía sentir una mezcla de deseo y frustración. Mi mente divagaba, recordando cómo Jungkook se mordía el labio inferior, el momento en que perdí mi virginidad con él. Todo lo que quería era a su lado, pero la situación era más complicada de lo que podía soportar.

—Al ver la reacción lujuriosa en tu rostro, me da miedo comprometerte.

Inhala y exhala, Taehyung. Intentaba calmarme, pero la presión aumentaba. Mis sentimientos eran un torbellino, y cada palabra de mi madre era un recordatorio de la verdad que estaba tratando de evitar.

—A veces me pregunto cómo es que te casaste tan joven, eomma —dije, con la voz más baja de lo habitual. Hice un leve puchero, sintiendo que la fragilidad de mis emociones era evidente.

Jin sonrió con nostalgia. —Mon es mayor que tú...

Recordaba cómo mi abuela, Kim Yiyoon, siempre estaba al tanto de mis asuntos, criticando mis elecciones y tratando de arreglar mi vida amorosa. Su sombra era una carga que me seguía a todas partes, especialmente en momentos como este, donde cada decisión parecía estar bajo el escrutinio de aquellos que amaba.

—Para serte sincero, mi matrimonio con tu padre al inicio fue arreglado por el mío —continuó, sonriendo con melancolía mientras recordaba sus propios días. —Aun así, me enamoré, y lo más importante para tu padre y el mío fue ver tu hermoso cuerpecito frágil en mis brazos cuando naciste y la de tus hermanas. Desde ese día, todo cambió.

—Es una linda historia... —interrumpió Namjoon, su voz resonando en la cocina. Se sentó en el sofá junto a Jin, besándola suavemente en una muestra de cariño que me hizo sentir un poco fuera de lugar.