¿Mi Pequeño amor?[VK]

19.

Dedicación:SHJSF004

Las clases de baile habían terminado y me senté, chocando mi espalda contra la fría pared, intentando recuperar el aliento mientras sostenía una botella de agua. Sin embargo, mi momento de tranquilidad fue interrumpido por un olor familiar, uno que me hacía sentir una mezcla de frustración y anhelo. Era el aroma del intrépido alfa, Jungkook, que había estado presente desde su primer día en la escuela, una de las más prestigiosas de Seúl.

¿Sería una coincidencia que la empresa de su padre estuviera conectada a esta escuela? La rabia crecía en mi interior al pensar que Jungkook estaba allí, con otra persona, mientras yo me debatía entre la confusión y el deseo.

—No puedo creer que esté con alguien... —murmuré para mí mismo, recordando la noche que compartimos. Aquella había sido mi primera vez, y lo había hecho con alguien que parecía no tener ni idea de sus propios sentimientos.

—Kookie~~... —dijo con un tono divertido, apareciendo en el marco de la puerta con una sonrisa traviesa. —Ten, debes tener hambre... —me ofreció una barra de chocolate, y no pude evitar fruncir el ceño, irritado por su presencia.

Sus palabras me parecieron un insulto en ese momento. Mis pensamientos estaban llenos de confusión, y cada vez que lo miraba, mi mente se nublaba.

—Kim Taehyung... ¿me podrías dejar en paz? —dije, levantándome de mi asiento con la intención de salir de allí, pero sus brazos se enroscaron en mi cadera, atrapándome.

—¡DEJAME! —grité, sintiendo una mezcla de enojo y deseo. Detestaba que siempre se atreviera a tocarme. Su aroma me excitaba, y esos toques suaves me hacían fantasear, lo que solo alimentaba mi frustración.

Bajé la mirada, sintiendo que el calor subía a mis mejillas mientras él me observaba, con una sonrisa en su rostro. Me rodó los ojos, intentando alejarlo, mientras él se acercaba buscando mis labios, que aún sabían a chocolate.

—Siento romper esta maldita burbuja, pero... —dije, dándole un fuerte golpe para que me soltara y cayendo al piso. —Detesto las telenovelas...

Recogí mi bolso, dispuesto a irme, pero no sin antes tomar el chocolate que había caído al suelo. Con un gesto casual, desenvuelvo un poco la envoltura y lo miro, sin poder evitar que una sonrisa se dibuje en mi rostro al ver su expresión de sorpresa.

Aquel gesto, tan sencillo pero significativo, hizo que Taehyung sonriera.

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—¡Vamos, Yugyeom, dame esa barra de chocolate, si~! —La voz de Jungkook resonó con fuerza en la sala de baile, mientras él formaba un puchero, rogando por un bocado de chocolate que su amigo disfrutaba de manera cruel.

Aquel momento, lleno de ternura, hacía que el alfa se sintiera más atraído hacia él. Pero no podía evitar preguntarse cómo había llegado a involucrarse con un chico que había olvidado que era su amigo de la infancia.

—Ya te dije que no, Kookie~ —respondió Yugyeom, riendo mientras disfrutaba de la barra. Jungkook miraba la escena con nostalgia, sabiendo que su amor por el omega iba más allá de lo físico. Se había enamorado de Min Jungkook, y eso lo aterraba.

—¿Por qué eres así, hyung? —dijo Jungkook, formando un puchero con sus labios y levantando una ceja. —Por lo menos invítame a cenar.

—Si es una cena romántica, con gusto te invito —respondió Yugyeom, dejando que su aroma se intensificara al ver la sonrisa de Jungkook, quien, al instante, iluminó la habitación con su alegría.

—Sabía que era una mala idea venir contigo, Sehun... —murmuró Taehyung, maldiciéndose en el asiento del copiloto, mientras su amigo, obligado a seguirlo, se reía de su frustración.

—Tae... avísame cuando hayas tenido un cachorro con él, ¿sí? —Sehun se recostó en el asiento, disfrutando de la vista de su amigo, quien se retorcía de rabia al ver cómo Jungkook cenaba con otro.

—¿Luhan  te hacen lo mismo? —respondió Taehyung, apretando los puños en su regazo, sintiendo el calor de la ira acumulándose en su interior. Era incapaz de soportar ver cómo Jungkook se entregaba a otro, y esa idea lo desgarraba.

En su mente, sabía que estaba mal, que no debía usar a las personas que amaba de esa manera. Pero el vértigo que sentía al pensar que Jungkook podría estar con otro lo dejaba sin aliento.

—Nadie, simplemente nadie deja a la persona que ama por otro —pensó, sintiendo que su mensaje había sido respondido. Miró por el retrovisor, acomodó su ropa y dejó a Sehun durmiendo tranquilamente. Sin embargo, antes de salir, le dio un pequeño zape en la frente y corrió más rápido que cuando tenía seis años.

—Hoseok, ¿pedirás un tazón de cerdos o un buen plato de harto kimchi...? —murmuró, nervioso, al ver que su amigo estaba a la espera de su respuesta.

El tiempo pasó rápido, y al finalizar la cena, Taehyung sintió que sus nervios aumentaban al notar que Jungkook ya se estaba retirando. Se dispuso a seguirlo, pero una mano lo detuvo. Era Hoseok, y sus ojos brillaban con lágrimas.

—¿Ya dejarás de usarme? —preguntó, con la voz temblorosa.

El dolor se intensificó en el pecho de Taehyung al ver a su amigo herido.

—Hobi... —intentó hablar, pero se quedó sin palabras al ver el dolor en su rostro.

—Tranquilo, no importa... —se limpió las lágrimas con las mangas de su sudadera—. Lo sabía, pensé que éramos diferentes, pero aquí estamos... tú corres tras un estúpido omega...

—Disculpa... si deseas, podremos acabar con... —comenzó a decir, pero Hoseok lo interrumpió.

—Ni lo sueñes... —respondió con firmeza, dejando a Taehyung sorprendido.

En ese momento, sintió que su corazón se rompía al ver que Hoseok, quien siempre lo había apoyado, se sentía traicionado.

Sin saber qué más decir, lo siguió fuera del restaurante, donde Hoseok se detuvo junto a su auto. Taehyung se sintió abrumado por los nervios, sin saber si debía subir.

Sabía que había hecho llorar a Hoseok, y eso lo devastaba.

—No sé qué pasará cuando se entere de que me acosté con Jungkook —pensó, sintiendo un nudo en el estómago. Pero, a pesar de todo, no se arrepentía de nada.

La tristeza y la confusión se entrelazaban en su corazón, mientras se daba cuenta de que tenía que pedir perdón, no solo a Hoseok, sino también a sí mismo.

Era hora de enfrentar sus sentimientos y decidir, de una vez por todas, a quién quería a su lado.

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_mochi cambio y fuera_