24.

4.4K 372 13
                                    


Mantuve la respiración, mis ojos fijos en el pequeño Jungkook mientras daba sus primeros pasitos, tambaleándose con la confianza de quien aún no conoce el miedo. Cada movimiento suyo era como un milagro, y la risa que escapaba de sus labios era música pura. La forma en que pronunciaba "omma" me llenaba el corazón de una felicidad indescriptible. Abrí mis brazos más, esperando que viniera hacia mí con la misma alegría que él irradiaba.

—¡Muy bien, mi pequeño! —exclamé, sintiendo una oleada de orgullo recorrerme cuando llegó a mis brazos, sus pequeñas manitas aferrándose a mí. Lo abracé con fuerza, deseando transmitirle todo mi amor en ese instante. Era como si el tiempo se detuviera, y el mundo se redujera a ese momento lleno de calidez.

—Nunca crezcas, amor... —susurré en su oído, mi voz temblando de emoción. Las hormonas maternas parecían esparcirse por la sala, creando un ambiente lleno de amor y ternura.

A mi lado, sentí a Yoongi, el alfa que siempre estaba a un paso de mí, aunque ahora parecía un poco descontento. Su voz se tornó un gruñido juguetón, revelando un lado celoso que me sacó una sonrisa.

—Me siento excluido... —murmuró, cruzando los brazos como un niño enfadado.

—Eres todo un drama —le respondí con cariño, intentando contener la risa ante su actitud. Su celosa era adorable y cómica, y no podía evitarlo. Miré a Jungkook, su carita iluminada por la alegría mientras se giraba hacia su padre.

—Appa... —dijo, su voz aún pequeña pero llena de admiración.

Los ojos de Jungkook brillaban al ver la expresión de sorpresa y felicidad en el rostro de Yoongi, quien se había dejado llevar por la emoción.

—¡ME DIJO APPA, JIMIN! —gritó, y su risa resonó en la sala, tan contagiosa que hizo que mi corazón se hinchara aún más.

—Lo sé, lo acabo de oír —respondí, sintiendo la felicidad brotar en cada rincón de mi ser.

Mientras tanto, Yoongi, siempre enfocado, no dudó en sacar su celular para cancelar todas sus citas del día. El amor por su familia brillaba en cada acción que tomaba.

Jimin observaba a su esposo, sonriendo, al ver cómo alzaba a Jungkook en el aire, ambos riendo a carcajadas. Era una imagen que atesoraría por siempre: la de nuestro pequeño volando entre los brazos de su padre, iluminados por la felicidad y el amor, como una pintura en movimiento que quedaría grabada en mi corazón para siempre.

******

—¿Omma, quién es ese niño? —preguntó Jungkook, con ojos curiosos, señalando a un pequeño que jugaba a lo lejos.

Jimin, quien se había perdido por un momento en sus pensamientos, giró la cabeza hacia donde su hijo apuntaba. Un leve suspiro escapó de sus labios mientras se pasaba la mano por los mechones de cabello que caían sobre su frente, ocultando parcialmente su mirada preocupada. No quería que Jungkook se acercara a la familia Lee. La sola idea le erizaba la piel.

—Sabes que papá no quiere que te acerques a la familia Lee... —su voz era suave, pero cargada de una tensión que Jungkook podía sentir.

—Lo sé... —respondió el pequeño, su tono ligeramente decaído. Era evidente que le pesaba la restricción, pero no quería desobedecer a sus padres.

Jimin miró a su hijo y notó la tristeza en su mirada. Jungkook nunca había sido fanático de las fiestas elegantes, y Jimin sabía que estar rodeado de personas que no conocía le resultaba abrumador. Su corazón se encogía al pensar en lo que su hijo podía estar sintiendo.

¿Mi Pequeño amor?[VK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora