La agresividad.
Danielle entró sonriente a casa saludando a la gente que estaba trabajando en el jardín pero ellos la miraron con los ojos muy abiertos y antes de que ella pudiese decir algo, salieron dos policías de la puerta de su casa.
Ella frunció el ceño y ellos suspiraron.
—Andando —dijeron tomándola del brazo y metiéndola en casa.
—¿Qué ha pasado? —susurró ella pero fue aplacada cuando miró a Ashley de pie.
Todavía llevaba traje, y hasta sus ojos se estaban tiñendo de morado por las ojeras.
Cuando Ashley la miró parpadeó varias veces.
—Sr. Bones —dijo uno de la astinomía griega—. Creo que nuestro trabajo ha terminado.
—Disculpen las molestias —Ashley intentaba parecer amable pero se notaba que estaba enfadado.
Después se despedirse ellos se fueron y él se sentó restregándose los ojos cansado, casi muerto.
—¿Dónde estabas? —empezó. Las empleadas se marcharon corriendo.
—En la biblioteca, ¿Por qué has vuelto antes? Tenías que volver dentro de un día, ¿no?
Ashley levantó la cabeza haciendo que ella abriera mucho los ojos y retrocediera aterrada a medida que él se acercaba.
—¿Sabes por qué he venido? —bramó—. He recibido una llamada de una de las empleadas diciendo que no venías desde la mañana.
—¿Qué? ¡No! He venido a comer. Es más, he traído a Alexandra y luego nos hemos ido a la biblioteca.
Ashley gruñó, estaba a punto de levantarle la mano.
—No me mientas —advirtió—. He tomado un vuelo desde Bélgica hasta mi propia casa, así que no me mientas.
—¡No te miento! Mira.
Sacando el celular, le mostró una foto que había hecho a ambas, un selfie popularmente conocido, ella miró a Ashley.
—La he hecho yo —dijo Danielle.
—Pero ninguna de las empleadas te ha visto.
—¡Si me han visto! Te están mintiendo. Te lo juro, he venido... Y dije que iba a venir tarde.
—No me mientas —gruñó—. Ellas han dicho que no, ellas han venido mirando mi cara y me han dicho que no has venido, ni siquiera me has contestado el móvil —bramó haciendo que ella se encogiera contra la pared.
—Ashley, te estoy diciendo la verdad —murmuró—Ven, vamos a llamarlas.
Ella caminó pero Ashley la detuvo apretando la mandíbula.
Dejando algo en la mesa enfrente de ella, se alejó. Estaba muy cansado, apenas había dormido y se sentía de mal humor.
—Lee —ordenó.
—"Querido, en Atenas te echo tanto de menos. Me encanta verte vestirte solo en un hotel después de salir de la ducha. En fin, estoy en un ir y venir porque tu querida esposa, tu querida pequeña... Ha desaparecido. Le perdí la pista esta mañana y no la encuentro. Creo que le ha ocurrido algo..."
—Ashley —jadeó ella sorprendida—. ¿Has creído primero a esta persona que a mi?
Él se sentó restregando sus ojos suspirando.
![](https://img.wattpad.com/cover/68335242-288-k898174.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sinner
Tiểu Thuyết ChungLa mejor manera de vencer al deseo es cediendo a él, cediendo al pecador.