Pecado 21.

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La enemistad.















Ashley corría agitado por toda la casa, apenas sentía los pies pisando el suelo.

En su cabeza sólo estaba presente el disparo, retumbaba el eco en la casa y si...No iba a negarlo, temía que le hubiese pasado algo a su esposa.

Tomando el arma del cajón corrió como pudo subiendo escaleras interminables.

Podía sentir que su corazón iba a salirse, que iba a morir de un infarto. Lamentablemente sólo pensaba en su esposa tirada en el suelo sangrando.

Subiendo las escaleras se encontró la peor escena del mundo, la peor de sus pesadillas: a Jason y a Danielle de rodillas bajando la cabeza mientras un hombre vestido de negro y la cara tapada les apuntaba con el arma en la cabeza.

—Déjalos en paz —amenazó él apuntando con el arma.

El individuo tomó a Danielle del cuello apuntándola con el arma en la sien mientras cometía el mayor error de todos... Darle la espalda a Jason.

Rápidamente el cerebro de Ashley se puso a funcionar:

Jason podría hacerle daño pero obviamente no quería que su hermano menor se hiciese daño... No podía arriesgar la vida de Jaxon así. Por lo que la descartó.

Así que le quedaba la opción de ir a quemar ropa y acabar con ese tipo que mantenía a Danielle casi muerta.

Él, al ver al herida de Danielle en una pierna apretó a mandíbula cada vez más dispuesto a disparar.

—¿Qué quieres? —preguntó amenazante.

—A ella muerta —dijo por primera vez con un acento... Soviético.

—¿Por qué, qué te ha hecho ella?

—A mi sólo me pagan.

—¿Quién?

Soltando a Danielle se sacó una carta del bolsillo tirándosela. La tomó en el aire sin bajar la guardia y leyó.

Ashley, tic, toc, tic, toc, tic, toc... Te lo dije, o te ponías tu en tu sitio, o te ponía yo en tu sitio. ¿Quieres que tu mujer muera? Pues esto es lo que haces todos los días. Mírale el rostro, ¿la ves? Aterrada, llorando, le duele algo... Además del corazón. Ashley, esto mismo lo haces con ella, ¿Y ahora tienes miedo? Tic, tac, tic, tac. El tiempo es efímero y se te acaba, pecador.

Él levantó la mirada y miró al tipo.

Esos ojos los había visto en algún sitio. Tal vez...Demasiado tiempo.

El golpe de saber quién era lo apuñalo en el pecho tanto que se sintió tan confuso que no pudo descifrar si era dolor, tristeza o enfado lo que predominaba en su mente.

Bajó el arma de golpe tirándola al suelo y Danielle sorprendida abrió mucho los ojos y miró a Ashley suplicante... No estaba lista para morir, no la iba a dejar morir ¿verdad?

—No quiero hacerte daño — dijo Ashley, Desde donde estaba Danielle pudo ver que se le cristalizaron los ojos — Baja el arma y deja a mi esposa — el sujeto apretó más a Danielle —Por favor, Tu no eres así, nunca le harías daño, no lo hagas.

Ella jadeó cuando él colocó más presión en el arma.

—Por favor —rogó acercándose.

—Si das un paso más le vuelo la cabeza —dijo suavemente perdiendo todo acento soviético.

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