Pecado 29

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El suicidio.










—¿Siempre ha sido así de bipolar? — Danielle se metió a la boca un puñado de palomitas.

Ahora mismo estaba hablando por skype con Ashton, Por la mañana había temido que ir al instituto, por lo que se levantó sin hacer ruido, dejando a Ashley ahí.

Ahora cuando volvía, Ashley se había ido hace horas a trabajar y Mia había viajado para tener una entrevista con una revista prestigiosa, por lo que estaba completamente sola.

—Ya te he dicho que no —se rió Ashton pero al instante se puso serio—. Oye... Sé que tu... Bueno... Lo amas a él. Pero él a ti no y eso te está volviendo loca.

Ella se mordió el labio cubriéndose la cara entre las manos.

—Y sé que crees que él no siente nada por ti... Así que... Te ayudaré a descubrirlo.

Ella frunció el ceño pensando en que eso era tan atrevido...

—¿Qué quieres decir? —preguntó inocente.

—He estado varios días pensando en algo que pueda afectarlo tanto para volverlo vulnerable y que se sincere contigo.

—Es Ashley —bufó creyendo en la locura del plan— Nunca será más vulnerable que yo.

Ashton con un extraño dolor en el pecho, se acercó a la pantalla del ordenador con el ardor en los dedos de tocarla, besarla... Y llevársela lejos de su hermano.

—Al menos que... Finjas tu muerte.

Ella sorprendida, lo pensó un momento antes de que él volviera a hablar.

—¡Vamos! No me mires así. Ni que satanás te hubiera llevado. Podrías fingir que te has suicidado. Aprovecha que Mia está fuera y así...

—No creo que sea buena idea Ashley le daría un ataque.

—De eso se trata —asintió Ashton— Con ello se volverá vulnerable cree en mi.

—Pero y si luego... —Ashton la interrumpió.


—Podrías fingir que tomaste un montón de pastillas.

Ella volvió a meterse otro montón de palomitas mirando a la ventana. ¿Y si lo hacía? Lo peor que podría pasar era que Ashley pateara su cadáver y lo dejara solo por días hasta que las empleadas lo encontraran.

—¿Crees que es buena idea?

—No es la mejor —contestó—Pero yo creo que funcionará.

—Hmmm... Me lo pensaré. Me tengo que ir, Ashton. Tengo muchos deberes que hacer —le envió un beso a la pantalla—. Te quiero.

—Yo a ti, ¿hablamos mañana?

—Yo te aviso. Adiós.


Se desconectó y dejó el Mac en el escritorio. Tomó su mochila y se sentó en el escritorio y empezó a sacar cuadernos y cuadernos.

No estaba nada tranquila. La idea de Ashton rondaba por su cabeza. Puede ser que ahí se de cuenta de que ya es importante en su vida, ¿no? O puede pasar que la entierre en el sótano.

Con Ashley nunca se sabe. Es como un león, es el rey de la selva por eso... Por ser tan impredecible y tan agresivo, imponente, extremadamente hermoso.

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