El capricho.
Las cosas se habían enfriado, pero iban a peor. Navidad y año nuevo lo pasó sola... Ya que Mia y Ashley se fueron de vacaciones a New York.Ella lo había pasado por skype con Ashton ya que los guardias de la mansión, fueron aumentando en número y en restricciones contra Ashton Bones, prohibiéndole el paso rotundamente a la fortaleza.
La vida solitaria estaba siendo muy pesada para ella. En un principio le gustaba la idea, ya que se dedicó a decorar su nueva habitación porque la principal prefirió dejarla a Ashley y a Mia, así que con grandes cantidades de dinero y mucho tiempo... Hizo una maravilla de habitación.
Pero ahora... Después de decorar la agenda, de cortarse el cabello por su cuenta, aprender como delinear su párpado, y mil cosas más... Ya no tenía nada que hacer.
Menos mal, al día siguiente empezaban otra vez las clases por lo que estaba contenta de volver con la rutina. Hace tanto tiempo que no veía a Ashley... Él estaba recuperado, ya no quedaban secuelas del secuestro ni las cartas... Así que ahora trabajaba el doble. Casi no veían porque iban de un lado a otro.
¿Y Mia? Mia sigue intentando recuperar la movilidad completa en la mano, pero sigue igual de puta y presumida que siempre.
—¿Danielle? —abrieron su puerta irrumpiendo en la lectura de su libro.
Era Mia. Vale, al igual que Ashley, era la encarnación del mal... Pero era jodidamente preciosa, ¿era normal que fuese tan bonita?
—¿Necesitas algo? —preguntó Danielle intentando ser amable.
—No, nada. Al contrario, venía a preguntarte si necesitas algo para el instituto.
—Oh, vienes en buen momento. Necesito un recambio de hojas.
—Se lo diré a Ashley —sonrió. Al parecer hoy estaba de buen humor—. Mira, hoy me llegaron un montón de paquetes de cosas que pedí por internet. Hay varias cosas que no me quedan y bueno... Me preguntaba si querrías verlas...
—Claro —volvió a sonreír intentando parecer aún más amable.
—Espera un segundo.
Se marchó. ¿Qué planeaba? Esto no le olía nada bien. Pasaba de insultarla, a ignorarla y luego a hablarle como si no pasara nada.
—Aquí tienes —empezó a meter cajas en la habitación—. ¿Te has cortado el cabello?
—Sí —se miró las puntas de un mechón a la altura de su hombro.
—Me gusta, te favorece.Mia empezó a sacar ropa, accesorios, zapatos, maquillaje, y mil cosas más que empezaban a marear a Danielle.
—Esto le compré a Ashley —sonrió abriendo una caja de joyería finísima. Era una pulsera, al parecer de oro. Muy bonita.
—Es preciosa —la tocó admirando tremendo regalo.
—Lo sé —rió—. Esto te lo compré a ti.
Era una cadenita de oro con un dije con la forma de un gatito. Ella sonrió con ternura mirándolo. Recuerda que Ashley le había dado una similar cuando vivían en Oregon, pero ella la perdió y estaba devastada porque amaba esa cadena, no eran iguales... Pero sí con la misma temática.
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Sinner
General FictionLa mejor manera de vencer al deseo es cediendo a él, cediendo al pecador.