Pecado 23

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La traición.















Descansando en los brazos de Ashley se despertó de un sueño casi profundo.

Miró a Ashley, las vendas le sobresalían de la cabeza pero aun así, estaba atractivo.

—Ashley —lo llamó ella. Pero él estaba profundamente dormido. Ahí lo dejó.

Se levantó y se puso una bata de baño. Bajó para buscar que comer pero la sorpresa fue encontrarse a Mia en el salón.

—¿Mia? ¿Qué haces aquí? —dijo más sorprendida que asqueada.

—Quería ver cómo estaba Ashley —dijo angustiada.

—Supongo que no te importará después de que lo hayas dejado solo. Preferiste salvar tu trasero.

—No es eso —dijo Mia cada vez más tensa.

—¿Cómo que no? Mira, no tengo tiempo para ti y tu estupidez, así que vete de mi casa.

—¿Tu casa? —cambió radicalmente—. Esta casa es de Ashley.

—Y yo soy su esposa. Mira Mia, me estoy conteniendo para no romperte la cara en este momento, así que vete.

—¿Tu me vas a...? —rió—. Pero si eres una mocosa.

Danielle sonrió falsamente tomando un jarrón de metal que estaba en una mesa detrás de ellas y se lo estampó en la cara con toda la fuerza que tenía.

Mia retrocedió tocándose el rostro mientras maldecía.

En un segundo la tenía encima otra vez.

Ambas se tiraban del pelo pero Danielle había aprendido a pelear con Alexandra, porque para no hacer el examen final de educación física se apuntaron a un curso de defensa personal y lo mejor es que Mia no tenía ni idea de eso.

Un golpe en la garganta del estómago, en el cuello y en la nariz la dejó totalmente fuera de juego.

—¿No quieres más, puta roba novios? —dijo retándola.

—¡Mira que eres patética! A mi si me pegas pero cuando Ashley te dice que te calles no puedes ni plantarle cara.

—Eres una zorra, Mia. Después de follarte a Ashley fuiste directo a besar a Ashton. Él ya lo sabe y por fin vas a dejarnos en paz.

—No tienes pruebas... No tienes nada que pueda demostrarlo. Es tu palabra contra la mía, ¿quién crees que ganará?

—¡Te voy a matar pedazo de zorra!

Pero cuando iba a saltarle a Mia fue detenida por los pasos de Ashley por las escaleras.

—¿Qué coño pasa aquí? —dijo con el ceño fruncido y la mirada dura.

—¡Esta zorra! —gruñó ella—. Viene a "ver cómo estás" después de haberte dejado solo.

—No llames zorra a Mia o te juro que te voy a hacer daño hasta que no puedas más —advirtió él.

—¡Esto es el colmo! —chilló histérica Danielle—. ¡Ella se está tirando a un hombre casado!

—Pero es porque yo quiero —admitió Ashley—. ¿Es que no lo ves? ¡No te soporto, mocosa! Yo quiero a una verdadera mujer, y esa mujer es Mia.

Danielle retrocedió impactada por la confesión. Miró a ambos atentamente.

—¿Qué quisiste decir con eso? —musitó ella mirando como Ashley tomaba a Mia de la cintura y la pegaba a él. Parecían Barbie y Ken, Eros y Psique, Afrodita y Ares, Anastasia y Christian... La pareja perfecta.

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