27. Basta de peleas.

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[Perdonen las faltas de ortografías, no tuve tiempo para  corregir el capítulo]

Sentí que alguien dió unos pequeños golpes en la puerta y lanzé mi mirada hacia esta.

Cuándo fuí hasta allí y la abrí, tuve en frente mio al Youtuber número uno en España.

-Lindo pijama.- comentó él, recorriendome con su mirada desde los pies hasta la cabeza.

-Cállate.- dije yo, déjandolo pasar.

El observó a su alrededor con total naturalidad, cómo si estuviera buscando a alguien y luego posó sus ojos en mí.

-¿Estás sola?- dijo juntando sus cejas.

Yo rodé los ojos y asentí.

-Si, Avril está en el Hospital.

Él me miró con lástima, algo que detestaba con toda mi alma.

-No me mires así.- le dije yo, fría.

-¿Así cómo?.- dijo él, notoriamente confundido.

-Cómo lo haces, con lástima. No tienes por qué tenerme lástima.

El se acercó con paso airado hasta mi y posó ambas manos en mis hombros.

-No te miré con lástima. Sólo estoy preocupado.

-Pues no lo estés. Esto puedo manejarlo bien, no necesito la preocupación ni la lástima de nadie.

Alejé sus manos de mí y fuí hasta mi habitación para cambiarme, él siguiéndome detrás de mi.

-_____, sabes que es imposible que no me preocupe por tí.- se apoyó en el marco de la puerta y nuestras miradas se cruzaron, causando en mí un largo y placentero escalofrío.

-Cómo digas.- dije yo, buscando en mi armario.

-Hagamos algo hoy.

Yo me detuve y lo miré incrédula.

-¿Quieres que salga contigo, así como están las cosas?.

Rubén entró a mi habitación y se sentó en el pequeño sofá que se ubicaba al final de mi cama.

-No a una cita, _____.- dijo serio.- ¿Recuerdas la InGame Experience?.

Yo asnetí lentamente. Una semana atrás había un alboroto en todo Madrid, con respecto a eso. Y claro, cómo sabéis, los Youtubers estaba igual de alborotados, y unos de ellos eran Rubén y Mangel.

-Bueno, aún tengo regalos por abrir. ¿Por qué no me ayudas, y te olvidas de todo por al menos unas horas?- dijo con la mirada suplicante.

Yo suspiré y me volví a mi armario, buscando algo que pudiera ponerme para no pasar tanto frío áquel día.

-No lo sé Rubius.- dije yo.

-Venga, será divertido.

Puse mis manos en jarras y lo observé, pensandolo. Era una buena idea, ¿o no?. Yo sabia que se sentía sentarse toda una tarde y abrir cartas, regalos y esas cosillas. Era entretenido. Y me iba a servir para olvidarme al menos unas horas de lo que era mi vida actualmente.

-Vale.- respondí finalmente.- Ahora vete, me voy a cambiar.

Lo cogí del codo y lo arrastré fuera de mi habitación.

-Hey, no hay nada que no haya visto.

Senti mis orejas arder, y todo eso se fué a mi rostro.

-¡Fuera!- grité, mientras cerraba la puerta.

Una Nueva Vida. [El Rubius y Tú]. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora