29. Traición de amigas.

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Rubén P.O.V

Estaba muy agotado, así que luego de subir el vídeo y avisarles a mis criaturitas por Twitter y Facebook que había nuevo vídeo con Mangel, me tiré en mi cama y cerré los ojos. Pero no alcanzé a dormirme, solo estaba pensando, pensando sobre todo lo que había pasado.

Mi vida era un desorden ahora mismo, y no entendía nada de nada. Sin dudas encontrar la chica que de verdad me gusta y la que me hace sentir cómo nunca me había sentido ántes besándose con el imbécil que me quitó a la que es ahora mi ex novia, hizo que me dé cuenta lo mucho que me importa _____ y cuánto me duele lo que hizo ayer. ¿Era necesario llevarlo a ése gilipollas hasta la puerta de su casa y besarlo en frente de mi, para dejarme claro que lo que pasó fue un error y que sólo me quiere cómo amigo?.

Además... ¿qué me hacía pensar que lo que había pasado era algo verdadero? Ella es famosa, hermosa, muy talentosa y demasiado inalcanzable para mí. Y yo sólo soy... bueno, un gilipollas que sube vídeos a Youtube y vive de eso. Ella es totalmente diferente a mi, nuestras vidas no encajaban en absoluto. Estaba claro que esto jamás iba a funcionar.

Me senté en el borde de mi cama, y me quedé quieto por unos largos segundos, escuchando a _____ cantar desde su piso. No sabía cómo podía escucharla, ya que nos separaba una gruesa pared, pero lo cierto es que ya estaba acostumbrado a hacerlo. Su voz sonaba triste y debil. La melodía de aquella canción era bastante lenta y suave, y cada nota alta que ella alcanzaba me daba un largo escalofrío en toda mi columna.

Cansado de todo esto, me incorporé y fuí hasta la sala. Busqué con mi mirada mi móvil y mis llaves, que las había dejado por ahí, y cuándo encontré ambas cosas, salí de mi piso y me dirigí hacia el de _____.

Ignoré todos los pensamientos negativos que se dejaban ver en mi mente y con paso decidio, llegué hasta su puerta. Ya había dejado de cantar, por qué adentro se podía escuchar de nuevo el silencio.

Toqué su timbre una vez y esperé, impaciente. Escuché sus pasos acercarse a la puerta y mantuve mi postura derecha y decidida. Mi mirada se posó en su rostro, cuándo abrió la puerta con sorpresa al ver de quién se trataba.

-Rubén...

-Sólo escúchame.

-Espera... ¿vamos a discutir sobre algo?- preguntó ella. Yo asentí.- Entonces pasa.

Se puso de lado, para dejarme pasar, y yo sin dudar entré a su piso y me senté en el sofá.

Ella cerró la puerta y se acercó hasta mi, manteniendo distancia.

-Rubén, lo siento, yo...- comenzó ella.

-Espera. ¿Me dejarás hablar por una vez?- ella guardó silencio. Sus ojos se apartan en rendimiento.- No se que sucedió ayer. No.. no lo sé. Y tampoco quiero escucharlo relamente, yo solo vine para decirte la cosas. _____, yo te quiero. Te quiero mucho, joder, y es algo que no puedo evitar. La manera en que me haces sentir cada vez que tus ojos conectan con lo míos, tú no tienes idea. Tu boca... no puedo dejar de pensar cada vez que la obervo, que se sentirá volver a besarla cómo la primera y última vez que lo hice. Sé que todo esto es muy gay y empalagoso, y odio ser empalagoso, odio todo lo que tiene que ver con cursilerías, pero _____, todo esto es lo que siento. Y estoy harto de cada pelea estúpida que tengamos nos separe por días. No puedo ni siquiera pensar en no verte por un día.

Ella levantó su cabeza hacía mi dirección y me miró con sus hermosos ojos azules. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro y eso me hizo sonreír a mi también.

-Sé que todo lo que está pasando ahora mismo es una mierda, y por eso no quiero que por mi culpa sufras más de lo que estás sufriendo. Es al revés, quiero estar a tú lado. Quiero pasar contigo cada momento, sea bueno o malo- dije por último.

Una Nueva Vida. [El Rubius y Tú]. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora