Especial 10 MIL: Una... ¿cita? 2/2.

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-¿A dónde me llevas, Rubén?.

-Es una sorpresa, tendrás que esperar unos minutos más.

-¿Es necesario esto?- señalé con un dedo la suave tela que llevaba en los ojos, la cuál no me permitía ver nada de nada.- Por qué realmente molesta.

-Shh, ya verás que valió la pena.

-Espero que así sea.

Rubén se detuvo y yo hice lo mismo, ya que me llevaba agarrada y gracias a eso me di cuenta, si no seguramente seguiría caminando.

-¿No quieres quitarte los zapatos?- me preguntó refiriéndose a mis tacones altos.

Yo me negué enseguida.

-No, no puedo estar sin ellos.

-Que extraña eres, yo si fuera mujer no aguantaría ni un segundo con esas cosas puestas.

-Pero no lo éres, además, te acostumbras.

La verdad era que los pies me dolían, pero no tanto cómo para quitármelos. Usar ese tipo de zapatos tanto tiempo me acostumbró.

-Uh, lo lamento, olvidé que eras la super estrella del momento y que usas tacones todo el day.

Yo me reí ánte su comentario.

-No exageres. Tu tampoco te salvas...

-¿Del qué?

-De lo de ser famoso.

-Mmm, algo asi. Me ziento famozo.

Seguimos caminando al menos por 10 minutos más, yo y mi curiosidad enorme dentro de mi. ¿A dónde me estaba llevando? ¿No nos pudimos haber tomado un taxi? Bufé mantalmente y seguí concetrandome en no tropezar con algo en el camino.

-¿Estás cansada, princesa?- dijo con tono burlón. ¿A caso me leia la mente?.

Una risita se me escapó al escuchar la palabra <princesa>.

-Deja de coquetear conmigo.- bromeé yo.

-No lo hago.

-Mmm... ¿seguro?

-Ci.

Lanzé una carcajada.

-Eso sonó algo gay.

-Si fuera gay, no estarías aquí.

-¿Cuándo llegaremos?- dije de repente desvíando el tema.

-La próxima vez que digáis algo sobre llegar, te cogeré de las piernas y te tiraré al césped.

-Es que..

-¡Shh! Deja de quejarte yá...

Cerré la boca y continué caminando en silencio. Esto se estaba volviendo aburrido yá, lo único que hicimos desde que salimos de mi casa fué caminar, caminar y caminar.

***

-Ya puedes quitarte eso de los ojos, hemos llegado...- me dice Rubén de repente.

Suspirando de alivio, me quito la fina tela que cubrían mis ojos y abro la boca en una <o> al ver áquel hermoso lugar.

-R- Rubén...- apenas puedo emitir palabra.

En frente de mi, hay un hermoso Río, más bién el Rio Manzanares. Al rededor, más distantes claramente, se podían observar a personas de todas las edades caminando por lor alrededores de éste, felices, algúnas con sus respectivas parejas y otros acompañados de la soledad. Las luces iluminaban el lugar, lo cuál le daba un toque elgante y pácifico a la vez. El sonido del agua, de los pájaros, era tan...  perfecto.

Una Nueva Vida. [El Rubius y Tú]. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora