34. ¿Malentendido?

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[ Leer la nota que está al final, por favor :)]

-¡¿Puedes escucharme, por favor?!

-¡Luego de todo lo que hice por tí!

Me moví rápido por toda la habitación, tratando de tranquilizarme, algo que no era posible.

-¿Qué? ¿crees que eres la única que hizo algo por nuestra amistad? ¡Te estás equivocando!

-Tú eres la que se está equivocando. O, tal vez, si tengas razón. ¡Yo fuí la que me equivoqué al seguir con esto, mientras tú me traicionabas una y otra y otra vez!

Cogí mi movil, dispuesta a llamar a mi novio, pero Avril me lo arrebató de la mano. Me la quedé mirando muy cabreada, mis ojos viajaban de sus ojos a mi móvil, que ahora estaba en sus manos.

-¿Que haces? Dévuelvemelo... ¿o acaso piensas robarme el teléfono también?

-No dejaré que llames a tu novio, _____. Es hora de hablar sobre esto, estoy harta de que me juzgues por lo que hice en el pasado. ¡Por algo se llama así, pasado!.

-¿Hablas del pasado que me ocultastes? Que hipócrita eres, dios.

Ella hizo un gesto de dolor cuándo la llamé <hipócrita>.

-No quiero que te vayas. Esto es demasiado exagerado, vamos. Piénsalo.

-Ya lo pensé, y una decisión es una decisión.

-¡Tú no le das oportunidad a nada ni a nadie!

-¿Cómo dices? Claro que te di oportunidades, y tú las tirastes al basurero. ¡Ya es tarde, Avril!

Su mandíbula comenzó a temblar por el llanto que no tardaría en dejar salir. Yo aproveché su estado de vulnerabilidad para coger el móvil de su mano, evitando mirarle a los ojos.

-No, no. Ésto no puede acabar así. ¡Una amistad de muchos años no puede acabar así, _____!

-Si, si puede.

Comenzó a llorar y se acecó hasta mi. Mi alma ardió dentro de mi cuándo la ví arrodillarse a mis pies, llorando y suplicando. Esto estaba llendo demasiado lejos, y no lo soportaría por más rato.

-Ya basta, Avril. Déjalo. No me vas a convencer. Es hora de que tomemos caminos separados, tú por un lado y yo por otro. Y si es posible, que nuestras vidas no se vuelvan a cruzar jamás.

Me alejé de ella, dejándola llorando en el suelo, suplicando y susurrando que no me fuera. Mi pecho dolía, y quería llorar. Pero por primera vez, aprendí a controlarme. Abrí la puerta de aquella sala, que tantos recuerdos buenos y malos me traía, y cerré la puerta de un portazo. Desde afuera podía sentirla llorar. Apreté mis dientes y cerré los ojos, tratando de calmarme y respirando hondo.

-Es hora de otro cambio, _____. Es hora de ser fuerte otra vez.

***

-¿_____?- sentí a Rubén llamarme.- ¿Estás aquí?.

El rió al ver mi cara de sorpresa y confusión.

-¿Qué? Eh, si. Si estoy.- dije sin saber que decía realmente, alejando aquél recuerdo doloroso.

-¿En qué pensabas?

-En nada.

-Mmm, ¿me estarás mintiendo?.

-Déjalo, no era nada importante.- mentí.

-De acuerdo.- contestó el no muy convencido.

Ya habían pasado muy rápidamente dos meses desde que Emily se fué y desde que cambié mi vida <otra vez>. Había conseguido completar trece canciones, las cuáles utilizaría en mi próximo album, que por cierto, ya había grabado. Pero por alguna razón, sentía que algo faltaba.

Una Nueva Vida. [El Rubius y Tú]. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora