28. ¡Cómo te atreves!

5K 162 12
                                    

Subí las largas escaleras con una emoción que llevaba dentro de mí desde aquella llamada y me determiné a guardarmelo para mí. No quería que nada ni nadie arruinara esto... las cosas ya estaban bastante mal cómo para arruinar ésta. Me centré en buscar la habitación correcta, así que cogí mi móvil y busqué el mensaje.

<Habitación 234>.

Examiné con la mirada la larga fila de puertas que había en el pasillo y comencé a caminar a lo largo de éste, hasta encontrar una tablita con el número que indicaba aquél mensaje.

Me acerqué lentamente y dí unos suaves golpecitos en la madera de la puerta. Unos segundos más tarde, sentí su voz y sus pasos acercarse a la puerta desde adentro.

-¡_____!- dijo Rob al abrir la puerta y estrecharme contra sus cálidos brazos.

-Hola Rob.- dije yo riéndo.

-Pasa, pasa.- dijo sonríendo y dejándome pasar a la gran habitación del hotel.

Al entrar quedé bastante impactada: sin dudas aquél hotel era uno de los mejores que jamás había pisado en la vida. Los muebles, adornaban cada rincón de ésta, y le daban un gran toque de modernidad. Una TV bastante grande colgaba desde una de las paredes y un equipo de música sonaba desde una punta de la habitación. El sofá y la cama combinaban, y se veían bastante cómodos. Sin pensarlo, me acomodé en el sofá, quitándome el abrigo y dejándolo a un lado.

-Este lugar es genial.- comenté aún observando el sitio.

-Lo es.- confirmó él.

Rob caminó hasta la pequeña nevera y cogió dos cervezas, luego se sentó a mi lado, entregándome una.

-Gracias.- dije cogiéndola con gusto.- ¿A que se debe esta invitación?

-Para hablar... sobre varias cosas.- El me miró, tomando un trago de su botella. Luego de tragar aquél liquido que conseguía quemar la garganta, habló.- Me enteré lo de tu hermana. Lo siento.

Yo aparté la mirada, y con mucha rabia conseguí decir:

-Apuesto a que todos los medios se enteraron yá. Agh, como detesto a esos malditos.- dije con una risa falsa sonando tras la última palabra.

-Lo sé. Yo también los odio. No hacen más que meterse en tú vida, y por supuesto, aprovecharse de eso.

Yo negué con la cabeza.

-Ella estará bien, yo lo sé.- susurré, dejando que la energía positiva se apodere de mi mente.

-Me gusta que pienses así en estos momentos, _____. No hay que dejar de creer jamás. No hay que perder la esperanza tampoco. Eso sería un gran error.

-Lo sé. Eso intento.- dije con un tono de voz débil.

-¿Por qué no cambiamos de tema a uno más positivo? ¡Tú ultimo single fué todo un éxito! Y yo pensé que dejaría de escuchar tú voz por unos cuántos meses... pero por suerte me quivoqué. Veo que estáis escribiendo sobre lo que te está pasando desde que llegaste aquí.- El hizo una pausa para mirarme determinadamente.- Sé que esa canción hermosa fué para Brandon.

Yo sonreí.

-Así es. ¿Te has enterado de qué entró a mi casa y me hizo golpeó?.- dije poniéndome seria.

-¿Que dices?- dijo.

Su rostro se puso pálido y su sonrisa desapareció completamente.

-Lo que acabas de escuchar. No hace mucho el entró a mi casa, yo cómo buena tonta le abrí la puerta y me amenazó. Aún no puedo creer que yo haya estado con esa bestia...

Una Nueva Vida. [El Rubius y Tú]. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora