Una Nueva Vida. [El Rubius y Tú]. ♥

37. Un largo viaje.

[ESPECIAL, capítulo largo, por dejaros tirados ;_;] En este capítulo aparecerá el relato de la lectora que ganó el concurso. Gracias por mandar sus fics, me encantaron, pero solo una me atrapó increíblemente. Disfrutad :3

- ¿Me estás pidiendo que me vaya contigo? No lo sé, Rubén.

Me tiré rendida al sofá, mientras Emi (así la llamaba ahora, con una pequeña abrevación) venía hasta mi y se recostaba sobre mi falda. Cada día estaba más y más grande, por lo qué hice una mueca de dolor cuándo se apoyó en mi, era tan brutal a veces.

-_____, aquí hay algo y sea lo que sea que haya, es malo, y lo demostró hoy por la mañana.

Suspiré, estresada de tanta mierda. ¿No me podía salir al menos una cosa bien?.

-Ya, ya. ¿Y que esperas que haga, Rubius?.

-Que te vengas conmigo.

-No hay lugar en tu casa Rubén, ese lugar es para una sola persona, y nosotros somos dos.

-Pues nos haremos entrar. Vamos, ¿prefieres quedarte aquí en peligro?.

Miré a mi alrededor y temblé por un extraño frío que recorrió mi cuerpo.

-No se si quiero volver a ese lugar, es decir, a ese edificio. Me trae malos recuerdos.

-Y buenos también, venga. No puedes quedarte solo con los malos recuerdos _____.

Rodeé los ojos y acaricié a Emi con mucho amor. Ella abrió sus ojitos y me miró con ternura. Enseguida sonreí por la sansasión que ella también causó en mi.

-Ya qué... ¿estás seguro de esto?.

-Porsupuesto que si. Además, pasaremos más tiempo juntos.

Me miró con cara de pervertido y yo me reí. Le golpeé el brazo y el hizo como que le dolía.

-¡Hey! Solo trato de ser buen novio.

-Lo eres.

Rubén sonrío, lo que me hizo sonreír a mi también.

-Si, y debo confesar que yo soy mejor novio que tú.- dijo con tono de burla.

Yo fruncí el ceño y lo miré con los ojos entrecerrados.

- ¿Que acabas de decir? Es que no me lo creo. Es mas, eso no te lo crees ni tú mismo.

-Vaaale, cree lo que quieras. Pero el mejor de los dos, siempre seré yo.

Yo reí, como siempre hacía cuando Rubén bromeaba de aquella forma. ¿Que más podía hacer? Las cosas al fin habían mejorado (tal vez no del todo) y tenía que aprovechar hasta que algo malo pasara y arruinara más las cosas.

***

Dos semanas después ya estaba instalada en el pequeño apartamento de Rubius. Estaba claro que compartiríamos la habitación y la cama incuidos, ya qué no quedaba otra. Le insistí que me dejara buscar algúna casa por aquí cerca, pero no dejaba de repetirme de que quería vivir la experiencia de vivir juntos. Yo me encogí de hombros y acepté, tal vez no estaría tan mal la idea.

Mi casa "embrujada" la vendí enseguida a un hombre que buscaba algún terreno en las afueras de Madrid, para poder construir no se qué arriba de ésta y así ganar dinero cuando la venda. Pensé que estaría bien, así la historia que se escondía entre las paredes desaparecería definitivamente. O eso pensaba yo.

Cuando conseguí terminar de acomodar todas mis pertenencias, recibí una llamada de Rob. Sonreí al ver su nombre allí y recordé que no hablábamos hacía bastante tiempo atrás.