Remus Lupin seguía sin creer lo que sus amigos le decían. No creía que Dionne Sheider -la chica de Ravenclaw de su mismo año que a el le gustaba- pudiera gustar de el; y James Potter, Sirius Black y Peter Pettigrew estaban cansados de decirle que ella sentía algo por el.
—¡Es obvio que le gustas! Aún no entiendo como no captas cuando te coquetea— Dijo frunciendo el ceño James.
Dionne gustaba de el, Remus gustaba de ella, ¿por qué no le pedía una cita? ¿Por qué no le decía a la chica lo que sentía? James pensó que el haría cualquier cosa porque Lily le correspondiera.
—Lo que daría yo para que Dionne me coqueteara.— Dijo Sirius dramático fingindo tristeza y colocando su mano en su pecho.
James y Peter rieron con Sirius pero a Remus no le hizo gracia su chiste. Pero no podía culparlo, Dionne era realmente bonita y su personalidad alegre y curiosa se complementaba perfectamente.
—Debes ser rápido y pedirle una cita—. Le dijo James. —Dionne es muy bonita y hay varios chicos detrás de ella, tú tienes ventaja porque ella claramente gusta de ti.—
El chico de lentes hablaba con una voz lenta y fingiendo sabiduría, Peter río levemente por la voz que estaba usando su amigo, de manera involuntaria James pasó su mano por su desordenado cabello desordenándolo aún más.
Remus solo rio, ¿por qué Dionne gustaría de el? Tan solo era un chico lleno de cicatrices, que le gustaba leer y con un secreto oscuro. A lo lejos pudo ver la cabellera llamativa de la Ravenclaw, caminaba por el pasillo sola pero con unos cuantos libros en sus manos. La joven bruja llamaba la atención, cabello casi blanco, ojos verdes con labios carnosos y pecas abajo de sus ojos. Era una belleza y ella lo sabía.
Al pasar por al lado de los Merodeadores la chica sonrió al licantropo y le saludó con un "Hola, Remus" para luego decir hola en general a los demas y seguir su camino.
—Hola—. Se escuchó debilmente por parte de el.
Sirius Black lo golpeó con su codo en las costillas y le señaló con la cabeza a la chica que se alejaba. Entendió su señal, ve por ella. Remus sólo negó con su cabeza y se dedicó a observar la ondenate cabellera blanquecina que se alejaba.
—¡Dionne! ¡Espera!—. Gritó un chico.
Pero este no era Remus, era Sirius. Remus miró a su amigo con los ojos furiosos abiertos como platos. Cuando la pequeña chica volteó, caminó hacía ellos y sonrió de nuevo a Lupin, el chico creyó que se desmayaria ahí mismo.
—¿Sí?— Preguntó con una sonrisa, mirando a Sirius pero de vez en cuando mirando al hombre lobo.
—Mi amigo Remus es muy tímido para pedirte una cita, así que yo te lo pregunto por el—. Dijo sonriente el de ojos grises —¿Quieres tener una cita con el viejo Remus Lupin?—.
En esos instantes Remus solo quería que la tierra lo tragara, odió a Sirius. Tenía tanta vergüenza en esos momentos.
—Me encantaría, pero no creo que el quiera—. Respondió con una sonrisa triste.
Ella creía que no le gustaba a Remus, que ni siquiera le atraía ya que siempre que hablaban o que ella coqueteaba con el, el era distante y indiferente. Parecía que el chico no estaba interesado en cruzar esa línea de amigos que había entre ellos.
—Si me gustaría—. Dijo Remus en un susurro.
Sus pálidas mejillas estaban en un rojo vivo, el chico sacó todo el valor que tenía para decirle eso. Sus amigos sonreían emocionados, Sirius se empezó a abanicar con una mano fingiendo exagerada emoción.
—Mi niño, crece tan rápido— Susurró Sirius.
James y Peter rienron y Dionne y Remus se sonrojaron levemente. James puso una mano en el hombro de Remus y suspiró.
—Te dejamos solo, Remusin— Dijo James. —Creo que ya puedes sólo desde aquí—
James se dio media vuelta para irse y Peter lo siguió apresurado, se dio la vuelta unos metros más adelante sonrojado.
—Adiós— murmuró tímido Peter.
—Me lo cuidas, Sheider— Sirius la apuntó con un dedo y Dionne río asintiendo con la cabeza.
Sirius trotó apurado para llegar al lado de James y así marcharse de allí dándole privacidad a ambos jóvenes.
—¿En serio te gustaría salir?— Respondió la Sheider mirándolo esperanzada una vez que estuvieron solos.
—Sí, lo siento si no pude pedirtelo, pero realmente me gustas y yo soy muy tímido—. Antes de darse cuanta, ya lo había dicho, tapó su boca con sus manos y bajo su cabeza avergonzado —Lo siento, no debí decir eso—
—Remus, no hay problema, tu también me gustas—. Dijo la bruja.—Siempre me gustaste, pero nunca hacías caso a mis indirectas—
—No sabía que eran indirectas, no entiendo bien el coqueteo y las cosas del amor— Dijo sinceramente Remus.
En ese instante, se dio cuanta que la chica de ojos verdes se encontraba muy cerca de el y se puso nervioso. A esa distancia podía apreciar demasiado bien sus preciosas pecas, tenía tantas.
—Yo puedo ayudarte a entender— Dijo Dionne
La chica rompió la distancia que los separaba con un dulce beso que ambos esperaban darse hace mucho. Fue lento, dulce y no duró mucho. Se separaron sonrojados y se sonrieron sinceramente. Había sido un buen inicio de semana.
James Potter, Sirius Black y Peter Pettigrew celebraban en silencio desde atrás de una estatua.