Adhara abrió sus ojos cansados y la luz que ingresaba a la habitación la cegaron por unos segundos.
Con su brazo tanteo el lugar dónde debería estar su esposo durmiendo, ya que ella solía ser la primera en despertarse, pero en ese lugar no había nadie, Adhara gimió quejándose, quería acurrucarse con Newt y dormir más ya que era domingo y ambos estaban libres pero el no estaba allí. Talló sus ojos con cansancio y se propuso a sí misma levantarse y buscarlo para obligarlo a volver a la cama con ella.
Con pereza se levantó de la cama y se colocó sus pantuflas blancas para ir al baño a lavarse la cara y los dientes. El reflejo del espejo del baño mostraba a una chica de ojos verdes con el cabello castaño enmarañado. Al terminar de lavarse los dientes y la cara se sintió un poco más lúcida, no sintió la necesidad de peinarse ya que no saldría de la casa en todo el día.
Caminó hasta la sala para ver si su marido se encontraba allí pero esta estaba casi vacía, con excepción de su gato Barry que dormía plácidamente en el sillón favorite de Newt, Adhara no pudo evitar detenerse para acariciar al pequeño animal, el cual ronroneó gustoso por las caricias de su dueña. Adhara dejó dormir en paz a Barry para buscar a Newt en la cocina, camino hasta ella pero allí tampoco estaba el chico. Al ver los pastelitos que el chico había comprado el día anterior a la noche sonrió inconscientemente, el pobre Newt había salido a las once de la noche a comprar pastelitos de chocolate porque a ella y al bebé en crecimiento se le habían antojado. Recordó lo delicioso que estaban y se le antojaron de nuevo, fue directo a ellos y se entretuvo comiendo algunos luego recordó que buscaba a Newt para dormir de nuevo.
Solo podía estar en un lugar, en su maleta, con sus preciados animales. Así que caminó lentamente al estudio de la casa para ver si definitivamente se encontraba allí, abrió la puerta de madera y vio la habitación desordenada pero sin ningún humano adentro. El estudio era una habitación enorme con muchos libros en ella, había cosas sobre los animales de Newt y había pinturas de Adhara regadas por doquier. La castaña vio el maletín de su marido en medio de la habitación, abierto. Sonrió inconscientemente, Newt amaba con locura sus animales, los cuidaba y protegía de todo mal y Adhara lo amaba mucho más por eso.
Ingresó al maletín con dificultad. Su panza de cinco meses y medio le dificultaba un poco bajar por la escalera. Cuándo se encontró abajo tocó su barriga con cariño y recorrió la casita con su mirada pero Newt no estaba allí. Debía de estar con los animales.
Salió de la casita en donde Newt tenía sus herramientas y camino lentamente debido al cansancio que sentía. Últimamente se cansaba muy fácil y le dolían los pies con frecuencia. Por unos instantes se olvidó que era lo que la había llevado allí abajo y se concentró en mirar a los animales, hace unas semanas que no bajaba a la maleta por petición de Newt. No quería que se canse demasiado al bajar y subir por el bebé. Quería que ella estuviera cómoda y que el bebé estuviera siempre sano y salvo. Newt tenía tantos animales mágicos que a veces Adhara se sorprendía y eso que había bajado allí un incontable número de veces.
-¡Adhara!- Gritó Newt al verla allí. Adhara se volteó y le sonrió a su marido. -No debes bajar aquí, ya tienes seis meses de embarazo, es riesgoso-
Adhara sonreía mientras se acercaba al joven, lo rodeó con sus delgados brazos y apoyó su cabeza en su pecho, aspirando su aroma. Newt le devolvió el cariñoso abrazo que su amaba esposa le estaba dando.
-Te extrañábamos, cariño.- Murmuró Adhara.
Newt sonrió al escuchar eso pero luego se separó de la joven y la miró serio. Adhara le sonrió fingiendo inocencia, sabía que se venía una reprimenda por parte de Newt.
-Yo también, pero no puedes bajar así-. La regañó Newt. -La escalera es angosta y pequeña y el bebé en tu barriga ya tiene casi seis meses, es más grande que antes, Addy-
Adhara le dio un pequeño pico y Newt sonrió inmensamente por eso. Realmente amaba a su esposa.
-Quiero dormir de nuevo pero no podré hacerlo sin ti-. Adhara hizo un pequeño puchero con sus labios.
Newt le sonrió, era tan tierna, así despeinada, con su pijama, sus pantuflas blancas peludas y esa barriga que cargaba a su bebé, al próximo Scamander, Adhara lucía perfecta. Newt le acarició la mejilla.
-Podías haberme esperado, cariño- Le dijo Newt.
Adhara sonrió y se encogió de hombros. Dio un saltito en su lugar cuándo sintió al bebé patear con fuerza, era la primera vez que el pequeño se movía de esta manera. Newt la miró preocupado.
-¿Que sucede, Addy?- Preguntó preocupado.
Adhara tomó ansiosa la callosa mano de Newt para luego posarla en su barriga, el bebé pateó de nuevo, con más fuerza ahora. La joven madre estaba contenta pero también le dolía levemente. Newt miró asombrado y con una sonrisa de incredulidad la barriga de su esposa, la acarició con amor.
-Está pateando, Newt- Adhara río con alegria.
-Está pateando- Repitió Newt emocionado.
-Si, cariño- Respondió con una sonrisa la chica.
La castaña pudo ver lágrimas en los ojos de su esposo y besó sus mejillas poniéndose de puntitas. El bebé seguía pateando al sentir la mano de Newt acariciar la barriga de Adhara.
-Me reconoce, Adhara- Dijo Newt sin borrar la enorme sonrisa de su rostro.
Newt lucia realmente emocionado porque su hijo o hija lo reconociera. El sabía que el bebé sabía que el era su padre y que lo amaba más que nada en este mundo. Su corazón estaba revosando de alegría al sentir la pataditas de su hijo. Quitó su mano de la barriga de Adhara y las colocó a cada lado de su cara y la atrajó en un beso lleno de amor y sentimientos.
-Te amo tanto, Adhara- Susurró Newt sobre los labios de ella.
-Te amo más, mi vida- Adhara besó de nuevo a Newt.