La biblioteca estaba repleta de alumnos preocupados y estudiando para los NEWTS mientras afuera el clima era especialmente bonito a pesar del intenso frío que se sentía, el sol brillaba en lo alto y no había ni una nube a la vista.
Pero todos estaban estudiando.Teddy Lupin no podía ser la excepción a ellos, tenia pergaminos y unos cuantos libros delante de él tratando de estudiar Encantamientos pero no podía concentrarse por la presencia de cierta bruja a pocos metros de él. Su presencia lo llamaba a mirarla, a apreciarla de lejos.
Su cabello era extremadamente lacio pero de igual manera parecía salvaje, sus ojos grises estaban puestos en su amiga de cabello negro y una sonrisa que tocaba sus ojos colgaba de sus regordetes y rosados labios. La vio envolverse más en la capa de Slytherin que la protegía del frío. De vez en cuando la atrapaba mirándolo, con una sonrisa tierna y ojos brillosos.
Sintió un fuerte dolor en el brazo derecho y miró hacia un costado, su amigo lo acaba de golear, el azabache lo miraba con el ceño fruncido y cierta sorpresa en sus marrones ojos.
—Ya deja de mirarla, pareces un adolescente cachondo.— Su amigo susurró, rio levemente—Tu cabello se volvió rosado, Teddy.—
—No la estaba mirando.— Teddy dijo. Su amigo alzó las cejas y el mago de cabello rosa rodó sus ojos y soltó un suspiro. Se mordió su labio inferior pensando unos instantes.—Estaba pensando en presentarla a mi padrino y a mi abuela, ya sabes. Como mi novia, no como mi amiga.—
—¡Pero si vas en serio, chico!— Exclamó su amigo, varias personas le mandaron miradas molestas por perturbar el silencio de la biblioteca. Phineas riendo habló. —Por Merlin. Ustedes son como primos, ¿no? Es muy turbio.—
—No.— Negó Teddy con una mueca. —Somos... somos...— El joven pausó pensando en la relación sanguínea que tenían ambos, luego de pensar un rato habló de nuevo. —Ella es mi tía segunda.—
Estaba en lo correcto. La abuela de Teddy,
Andromeda, era hermana mayor del padre de la joven bruja sentada a unas mesas de el. Auriga era la ultima hija del matrimonio Black, había sido inesperada y prácticamente un milagro, su madre tenía cuarenta y dos años cuando se enteró que se había quedado embarazada de nuevo. Así que era la consentida de la casa, por sus padres y por sus ya adultos hermanos mayores.Su amigo alzó las cejas e hizo una mueca graciosa levantando las manos.
—Sigue siendo turbio.— Negó el con su cabeza. Teddy rio.
—Cállate, Phineas.—Río despacio. —En el Mundo Mágico es normal.—
—Yo digo que sigue siendo turbio.— Canturreó. —Pero hacen una bonita pareja.—
—Espero que su padre piense lo mismo.— Murmuró preocupado.
—Eridanus Black te hechizará antes de que puedas presentarte como su novio.— Rio en voz baja Phineas. —Si no lo hacen antes sus hermanos.—
Teddy tragó saliva sonoramente. ¿Lo aceptaría la familia Black como candidato para Auriga? Sabía que era apreciado por la familia de la bruja, solían cenar todos juntos los martes, con su abuela y los padres de Auriga, ellos dos siempre se sentaban juntos. Nunca dudó del aprecio que le tenían los Black.
Pero esto era diferente. Ya no sería solamente Teddy Lupin, el nieto de Andromeda Tonks y amigo de Auriga; sería Teddy Lupin, el mago que creía estar a la altura de la bella Auriga Black como para ser su novio oficial. Teddy tronó sus dedos con nerviosismo. Quería hacer eso, luego de casi un año de relación estando en Hogwarts deseaba hablar con ella sobre presentarla a su familia, y qué tal vez si estaba de acuerdo, que ella le presente a la suya. Como una pareja.
Ella se marchó media hora después junto con su amiga, besando rápidamente su mejilla cuando pasó por su lado y dejando detrás el suave olor a lavanda de su perfume.
••
—¡Teddy!— Escuchó la alegre voz de Auriga llamándolo.
Al voltearse alguien se tiró hacia el, el mago colocó sus manos en la pequeña cintura de su novia riendo. Pronto sintió los labios sabor a fresa de la rubia buscando los suyos. Sonrió en medio del beso, al separase vio la brillante sonrisa de la joven bruja.
—Estas contenta hoy.
Auriga sonrió asintiendo energéticamente y se separó de él tomándolo de la mano para caminar juntos. La mano de ella era tan pequeña al lado de la grande de él, era cálida y delicada. Se sentía bien sosteniéndola. Ella lo guió hasta llegar al patio, casi no había nadie debido a que hacía mucho frío pero la bruja se sentó en el sol con sus piernas extendidas y una sonrisa.
—Seré tía otra vez, está vez de Pollux.— Le contó el motivo de su felicidad. —Leonette está embarazada y el me mandó una carta apenas se enteró, está extasiado con las noticias, al igual que yo.—
—Felicidades, Auriga.— Dijo Teddy sentándose a su lado.
Ella soltó una risita y se recostó en el pasto.
—Espero que sea una niña.— Murmuró ella distraída.
Tal vez pensando en cómo sería el nuevo miembro de su familia. Teddy no pudo hacer nada más admirar su rostro bañado por los cálidos rayos del sol de invierno, desde sus largas y curvadas pestañas que descansaban sobre sus regordetas mejillas de color rosa hasta el pequeño lunar que tenía arriba de su ceja derecha, ella era tan bonita y el estaba tan enamorado de ella; no podía creer lo feliz que lo hacía.
—Quiero presentarte a mi abuela.— Habló de repente el mago. Auriga lo miró confundida, después de todo ella ya conocía a la abuela de Teddy. —Como mi novia, y a Harry también.— Ella pareció entender. —Y pensaba qué tal vez yo podría ir a tu casa para preséntame como tu novio oficial.—
El silencio incómodo que hubo en esos instantes junto con el rostro inexpresivo de Auriga asustaron de sobremanera al metamorfomago, sintió su corazón latir con fuerza. ¿Era muy rápido eso de presentarse oficialmente? Ya llevaban casi un año juntos, el creía que era tiempo de dar el siguiente paso.
Brevemente pudo ver como el rostro de la joven bruja se llenaban de conmoción, sus ojos brillaron con cariño y una sonrisita amensaba con caer de sus labios, en ese breve segundo ella se lanzó a sus brazos irradiando felicidad lanzando a Teddy contra el pasto.
—Oh, Teddy. Me encantaría.— Murmuró en su oído. El mago sonrió sobre su cabello, Auriga se separó de su cuello para mirarlo a los ojos con una sonrisa. —Solo te digo si quieres que te presente a mis padres como mi novio deberás usar un traje.—
—Odio los trajes.— Gimoteó el mago. La bruja rio y se acercó para picotear los labios de su novio.
—Te veras lindo con uno.