Dakota realmente se había enojado con su novio esta vez.
¿Cómo se atrevía a colocar su nombre en el Caliz de Fuego sin consultarselo? Siquiera le preguntó que opinaba sobre el tonto Torneo. La morena no quería sonar amargada, todo el colegio estaba realmente emocionado por el Torneo de los Tres Magos, pero ella no lo estaba. No entendía que tenía de entretenido ver a tres magos jóvenes competir entre ellos en un tres pruebas que podían resultar mortales. Le parecía estupido, ni todo el oro del mundo valía la pena.Dakota caminaba furiosa por los pasillos de Hogwarts buscando a Cedric, caminaba hacia el jardín cuando lo vio con sus amigos charlando animadamente, la chica respiró profundamente tratando de calmarse para no llamar la atención de los amigos de su novio. Odiaba a ese tipo de pareja que se peleaban o reclamaban cosas en público.
—Cedric— Lo llamó.
Todo el grupo de chicos se vio la vuelta para mirar a la dulce voz que soñaba ligeramente enfadada que llamaba a un amigo en específico. Cedric sonrió cuando vio a su bella novia, pero frunció el ceño cuando vio que no sonreía.
—Ya vuelvo, chicos— Dijo a sus amigos, ellos asintieron despreocupados.
Cedric se acercó a su novia para darle un beso como saludo pero la chica corrió la cara, los labios del chico chocaron con el cachete de la chica. Cedric frunció el ceño.
—Vamos a hablar a un lugar más privado— Murmuró Dakota agarrando la mano de Cedric.
Cedric asintió confundido y se dejó guiar por la morocha, su novia lucia un ceño fruncido que la hacía ver muy tierna y eso lo hizo sonreír. El la amaba, la amaba con todo su corazón. Dakota dejó de caminar cuando estuvieron en un pasillo vacío dentro del castillo y miró a Cedric seriamente.
"¿Que sucede, cariño?" Preguntó preocupado.
"Nada de cariño, Cedric" Dijo cruzándose de brazos. "¿Cuándo planeabas decirme que metiste tu nombre en el cáliz?"
Cedric se pusó pálido de repente. Eso era algo de lo que él no hablaba con nadie aparte de sus amigos, no quería que Dakota lo sepa, no aún.
"E-era una sorpresa" Tartamudeó sonrojado.
"¿Sorpresa? ¿Ósea que me iba a enterar cuándo te sortearán?" Río sin gracia. "Que linda sorpresa, saber que tu novio está en peligro de muerte"
Cedric sonrió levemente. Dakota se preocupaba de sobremanera por el y eso le encantaba. Eso hacía su corazón saltar de alegria.
"No sabemos si seré yo el campeón de Hogwarts" Dijo encogiéndose de hombros. "Además, Dumbledore no permitirá pruebas que puedan poner en riesgo a los alumnos"
"Eso no lo sabes, hay muchas muertes en este torneo." Le reto. "¿Por qué hiciste semejante estupidez, Cedric?
Cedric se frotó los ojos con cansancio. El lo había hecho por ambos. Frunció sus labios y tomó las frías manos de su novia, la chica acarició las manos de Cedric.
"Lo hice porque quiero el dinero" Murmuró un poco tímido. "Quiero comprar una bonita casa para nosotros cuándo salgamos de Hogwarts, quiero casarme contigo cuando salgamos de aquí"
A Dakota se le derritió el corazón antes las palabras del Hufflepuf. ¡Que ternura! Su novio era tan tierno, pero lo que había hecho era peligroso. Lo miró con ternura y besó su mejilla con amor.
"No necesitamos el dinero, Ced" Murmuró la Gryffindor. "No debes arriesgar tu vida por eso"
Cedric negó con la cabeza. Dakota no entendía su punto. El quería ganar por ella, darle algo lindo a la chica que ama. No es que los galeones faltaran en la familia Diggory o Jones, pero el dinero que le darían si ganaba era mucho y no tendrían que pedir un dinero a sus padres y luego sentirse mal consigo mismo por aquello.
"No hay muchas posibilidades de que el Cáliz de Fuego me elija" Diggory se encogió de hombros. "Pero si lo hace, ganaré por ti"
"Cedric, es realmente tierno que quieras hacer esto por nosotros" Dakota suspiró triste. "Pero ahí está esa pequeña posibilidad de que seas el elegido, estás arriesgando tu vida sin sentido"
"¿Acaso estás diciendo que lo nuestro no tiene sentido?" Dijo Cedric enojado.
Dakota negó con la cabeza rápidamente. Ellos, Cedric y Dakota, su relación, jamás sería sin sentido para ella. Ella lo amaba con todo su corazón, el era un alma gentil y amable y ella estaba irrevocablemente enamorada de ese chico.
"¡Por supuesto que no!" Exclamó la morocha. "Digo que ni todos los galeones del mundo valen la pena como para que arriesgues tu vida"
"¿No puedes ponerte contenta?" Preguntó enojado. "Lo hago por ti y para que Hufflepuf pueda tener al menos un poco de gloria pero parece que eso no te importa"
Dakota no pudo evitar rodar los ojos. ¿Cómo no podía entender que no era aquello el problema? Le parecía adorable que la quisiera tanto cómo para pensar en comprar una casa y casarse con ella. Y sabía que Hufflepuf no recibía la atención y la gloria que de verdad merecía. Pero ese no era el problema.
¡El problema era el riesgo de muerte de ese tonto torneo! Dakota no podía pensar en lo que sentiría si a Cedric le pasara algo, aunque sea la mínima cosa. El se había convertido en alguien demasiado importante para ella en esos cinco años que llevaban de amistad y ese un año y medio de relación cómo novios. Esos años junto a él fueron maravillosos cada segundo, incluyendo sus peleas y enojos. Y deseaba que hubieran muchos más años junto a él.
"¡¿Acaso no entiendes que puedes morir?!" Le gritó enojada.
Pequeñas lágrimas caían de los ojos de la Gryffindor sin que ella se diera cuenta. Su corazón dolía con tan sólo pensar en Cedric herido, su corazón terminaría hecho pedazos si algo le pasaba al chico. Cedric la miró con ternura y con una pequeña sonrisa antes de atraerla en un amoroso abrazo.
"No me sucederá nada, amor" Murmuró sobre su cabello, Dakota soltó un sollozo. "Tranquila, pequeña"
"Te amo tanto, Cedric" Dakota se separó un poco de el para mirarlo a los ojos. "No sé que haré si algo te sucede"
Cedric solo se acercó a los labios de su novia para besarlos lentamente, era un beso lleno de amor y con intención de calmar a su novia. Los labios de Dakota sabían ligeramente salados por las recientes lágrimas derramabas por ella. El también estaba ligeramente preocupado, pero confiaba en Dumbledore.
"Yo también te amo, mi niña" Murmuró sobre sus labios.
Dakota sonrió y lo besó de nuevo.