No me gustan los hombres,Solo me gustas tu

Perdí al pobre niño

No había que perder el control, ¿verdad?

Digo, no era tan malo, el niño debía seguir dentro, ¿cierto?

El caso es que había perdido al primo de Im Jae Bum , el diablito debía andar deambulando por la casa, se había escapado justo cuando estaba a punto de bañarlo, ¿y mi asqueroso mejor amigo? En su habitación, probablemente durmiendo, el idiota me iba a matar.

—¿ Seung? ¿Dónde estás? —Me agaché para mirar debajo de la mesa de la cocina pero el niño no estaba ahí. "Vamos, bebito, aparece ya" Pensaba.

—¿Buscas algo? —La voz de Im Jae Bum hizo que se me helara la sangre. Me levanté del suelo inmediatamente, no sin antes darme un fuerte golpe en la cabeza.

—Eh... no no , yo

—Un momento

— ¡Tú! ¡Maldito hijo de puta! ¡Te encerraste en tu habitación y me dejaste la carga del niño a mí solo!

—No exageres —Dijo en medio de un bostezo extendiendo sus brazos mientras caminaba hasta el frigorífico. Oh, ahora sí lo iba a matar. 

 Me abalancé hasta él con la intención de hacerle algún daño físico pero sólo bastó su enorme mano en mi cara para que me detuviera mientras con la otra sostenía una caja de leche y bebía directo del cartón.

—¿Qué no exagere? ¡¿Qué no exagere?! ¡Perdí al pobre niño! Sus ojos se abrieron como platos. Ups, tal vez no debí decirle lo último.

—¡¿Perdiste a mi primo?! —Dejó la leche de lado y me tomó por los hombros. Se veía asustado lo que causó que mi enojo disminuyera un poco, le miré a los ojos.

—Uhm... digamos que sí, es que... es que le iba a dar un baño y no vi cuando se escapó. Mordí mi labio pues me sentía culpable.

—Bueno, hay que mantener la calma, ¿hace cuánto lo perdiste?

—Mhn... no lo sé, tal vez hace unos veinte minutos —Dije mientras sacaba la cuenta del tiempo. Lo vi palmearse la frente.

—Junior, hace veinte minutos que lo perdiste, ¿y aún no lo encuentras? —Su tono de voz me asustaba, después de todo el aún me tomaba por los hombros y si quería podía zarandearme hasta que mi cabeza saliese volando.

—Básicamente. Suspiró mostrándome una mueca reprobatoria.

—Dios, recuérdame por qué me gusta este chico —Dijo mirando al techo, me sonrojé, ¿para qué negarlo?, estaba malditamente sonrojado.

"Ubícate Jinyoung, te gustan las chicas, no los hombres que llevan por nombre Im Jae Bum "

—Tenemos que buscarlo

"¿Cómo no se me ocurrió?" Pensé sarcástico, lo habría dicho en voz alta de no ser porque no estaba en una posición de poder burlarme

—Sí, tienes razón.

Me soltó los hombros y miró a todos lados como pensando qué hacer, colocó una de sus manos en su cadera y la otra la llevó a su cabello, lo observé detalladamente, tal vez estaba cometiendo un error al rechazarlo, tal vez él era para mí y sólo desperdiciaba y arriesgaba el cariño que me estaba brindando, aunque también existía la posibilidad de que estuviera 

equivocado y mi futuro fuera Eunha, porque si era realista, con ella podría tener una vida normal, casarme y tener hijos, Im Jae Bum jamás podría darme un hijo o yo a él, pero si lo pensaba mejor, en el fondo sabía que nadie podría quererme con todo y mis defectos como él lo hacía.

—Bien, yo busco en la planta alta y tú aquí abajo —La voz resonó en mi cabeza. Recordé que había perdido a un humanito y había que encontrarlo, las prioridades eran

otras en esos momentos.

Habían pasado por lo menos diez minutos y el pequeño no aparecía hasta que el grito de mi mejor amigo diciendo que lo había encontrado resonó por toda la casa. Subí las escaleras corriendo y entré a la habitación de Im Jae Bum por pura inercia, me encontré con la escena más hermosa que pude haber visto.

Jae Bum abrazaba al niño con desesperación, feliz de haberlo encontrado, yo podía derretirme de ternura, Im Jae Bum era tan sentimental, tan sincero y expresivo, él era todo lo que buscaba en una chica.

—¿Dónde estaba? —Le pregunté.

—En el armario, comiendo galletas de arroz.