una mentira divertida

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 —Estás demasiado feliz para mi gusto empiezo a pensar que te alegra que te irás.

"Si supieras"

Im Jae Bum caminaba conmigo a nuestra última clase, obviamente tenía que volver a la escuela y debía ponerme al corriente ya que me quedaría en Corea.

—Y además... ¿Por qué viniste a la escuela? No tiene caso.

—Terminé de empacar así que quiero pasar más tiempo contigo.

Ya que Im Jae Bum aún no sabía de la sorpresa me dedicaba a mentirle un poco, quería sorpréndelo enserio.

—Esto es una mierda.

Se quejó tomando mi mano.

Me acerqué a él, tomándome una pausa para ponerme en puntitas y besarlo.

—Te amo— Dejé un besito en sus labios— Te amo— otro más— Te amo.

—Me estás asustando, te lo juro.

Sonreí.

—¿Quieres ir a mi todavía casa después de clase?

—¿A qué? –Soltó un bostezo mientras entrabamos a nuestra aula.

—Tal vez allá se nos ocurra algo.

Susurré coquetamente en su oído.

—¿Señor, eso es una insinuación a que te haga el amor? –Me susurró de vuelta.

—Puedes tomarlo como prefieras.

Me senté en mi lugar y esperé a que el profesor llegara.

***

—Jinyoung, tu cabello está algo desarreglado, déjame acomodarlo. Caminábamos hacia nuestra casa Me acerqué confiando en que Im Jae Bum lo arreglaría pero en lugar de eso sólo comenzó a revolverlo aún más, con lo difícil que me era tratar de arreglarlo.

—Eres un idiota.

Me quejé apartándome y mostrándole una sonrisa sincera

—Soy tú idiota.

Le sonreí en respueta, me moría por decirle, me moría por ver su rostro cuando de mis labios salieran las palabras "Me quedaré".

Al llegar a la casa, Im Jae Bum se aventó sobre el sillón de la sala y yo fui directo a la cocina mirando a mi paso montones de cajas por desempacar, sería mucho trabajo pero para eso tenía a un novio fuerte y alto que me ayudaría.

Tomé una manzana del frigorífico y regresé a la sala parándome frente a él, recargando mi peso sobre una pared mientras Im Jae Bum miraba televisión, suerte que la TV aún no la había guardado. Mordí mi fruta y lo observé con una mirada divertida, se veía tan miserable y hacía unos pucheros tan tiernos que era gracioso.

—¿Estás triste?

Pregunté de repente.

Alzó la mirada para verme con determinación; creo.

—Sí, obviamente lo estoy, tarado.

—¿Por qué? Yo sólo te hago sufrir, creo que irme de tu vida sería mejor para ti.

Me encogí de hombros intentando hacerlo enfadar, quería divertirme un poco antes.

—¿Por qué dices idioteces?

Me importa una mierda si me lastimas, te amo, te volviste lo único que me puede herir y luego repararme

"Dios mío ¿Qué hice para merecer a un hombre tan perfecto como Im Jae Bum?"

No me gustan los hombres,Solo me gustas tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora