Siete

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Estaba sufriendo y sudando la gota gorda

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Estaba sufriendo y sudando la gota gorda. Entrenaba para el equipo de voleibol en la universidad. Me arrepentía tanto de haber aceptado formar parte del grupo.

Maldita presión que había conseguido influirme de tal manera.

Una desocupada tarde jugaba dicho deporte con Jiwo sin contar que miembros pertenecientes al equipo estuvieron atentas estudiándonos, cuando nos pusimos a descansar se acercaron mencionando el buen potencial que poseíamos para pertenecer a club deportivo. Las dos negamos tener dichas cualidades inmediatamente porque sabíamos a la dirección donde seríamos llevadas, la propuesta de unirnos a ellas no tardó en llegar. Negamos pertenecer por el duro entrenamiento, luego de ello siguieron insistiéndonos. Me llegué a sentir mal cada vez que repetía mi negación, fue tanto aquello que consiguieron hacerme desvariar hasta doblegarme. Mi amiga no cambio su decisión ni por un segundo consiguiendo la dejaron en paz.

Ahora sabía que no era por mis habilidades por las que fui reclutada sino porque querían cubrir todos los cupos del equipo para evitar un recorte de dinero por parte de la dirección para sus actividades. Yo era la suplente de la suplente cuando tocaba algún partido. Solían perdonarme no estar en muchos entrenamientos, con los partidos entre universidades cerca tenía que hacer apto de presencia en cada sesión, aunque mis posibilidades de participar eran nulas. Mi función terminaba siendo similar a un aguatero con el extra de repartir toallas en cada encuentro deportivo.

Hubiera salido ya del equipo sino fuera porque gracias a estas prácticas ganaba cierta retribución que ayudaban a mis notas. En el presente ni si quiera eso hacia que el arrepentimiento pudiera desaparecer.

La tanda de lanzamientos culmina, nos piden ponernos en filas.

El entrenador junto a la capitana lanzan contra nosotras la pelota con el fin de poder mejorar nuestra recepción, descanso un momento a la esperara de mi turno, cuando este llega logró acertar los tiros sin fallar.

—Puedes retirarte —dice el entrenador con la característica voz ronca y fuerte que posee. Recojo la pelota con la que trabaje llevándola hacia la canasta donde se deben guardar.

Me despido de Jihu con la mano, era una compañera que logré hacer en los entrenamientos, era divertida y encantadora. Ella atiende mi gesto con uno de cansancio.

Ya en los baños lavo mis manos con abundante jabón, mi cara sudada con abundante agua, con la toalla personal seco el exceso de líquido. No me bañaba aquí como solían hacerlo la mayoría por lo que mi paso es fugaz, sólo cambiaba mis prendas sudadas.

Alisto mis cosas y me dispongo a salir de los baños no sin antes echarme un vistazo en los espejos para verificar mi aspecto. Aquí en la universidad solían juzgarte mucho por tu apariencia.

Al salir veo a Dongsun apoyado en una pared.

Me guiña el ojo creyendo seguramente que se ve genial. Da unos cuantos pasos hasta llegar a mí, toma mi brazo con toda confianza, sin explicaciones lleva a que vaya tras él, protesto, se niega a soltarme así que me dejo llevar exasperada.

One Night《 》Min Yoongi  (COMPLETA ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora