Cuarenta y cinco

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Estoy haciéndole compañía a Hoseok, la tarde en las instalaciones del hospital pasan muy lento

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Estoy haciéndole compañía a Hoseok, la tarde en las instalaciones del hospital pasan muy lento. El muchacho de cabellos marrones despertó, dejando la zona de peligro, se mantiene estable pero aún no puede recibir el alta médica, necesita aún supervisión especializada. Hacerle saber que su estadía se prolongaría fue suficiente para que realice intentos de huida, se rindió tan pronto vio sus intenciones difíciles de cumplir. 

Él permanece recostado sobre su lado derecho, lleva un buen rato observando la pared blanca detrás de mí con sus ojos tristes y vacíos marcados por las ojeras. Tiene la vista muy fija en algún punto del muro, no mira nada especial, simplemente se pierde en el vacío llevando sus afligidos pensamientos, esos que no consigue mitigar. Tampoco ha mencionado nada desde que nos hemos quedado a solas. Hoseok no estaba nada cómodo y tranquilo estando rodeando por sus  amigos, hacia notar su desazón. Al notarlo decidieron darle un respiro, conmigo cuidándolo parecía mantenerse relajado.  

—Hora de la medicina del paciente —anuncia la guapa enfermera adentrándose en la habitación—. El doctor tratante dejo indicado nuevos medicamentos que debo aplicar. Mido tu presión y temperatura, luego podrás seguir descansando —sonríe amablemente 

Dada esa introducción la mujer inicia su habitual trabajo. Escoge rápidamente de su carrito ayudante lo necesario, con la ayuda de una jeringa extrae de un frasco transparente la medicina que aplicará. Cuando tiene la dosis necesario se acerca donde el castaño, inyecta el medicamento por la vía del suero. El pelimarrón tan pronto se percató de la aguja cerró los ojos consiguiendo que se le formaran arruguitas a cada lado, asustado. En la reacción más notaria que expreso en horas. La situación pasa rápido, la enfermera ya esta colocando el termómetro debajo de su axila abriéndose paso entre su bata hospitalaria. Espera, suena ese dichoso pitido de aviso, comprueba la temperatura. Es correcta, después se dispone a medir la presión, sujeta el tensiómetro, en una ágil maniobra la coloca en el brazo del muchacho, del mismo modo espera los minutos necesarios en fin de un correcto procedimiento, se cerciora que todo sea adecuado. Antes de retírese nos recuerda que podemos llamarla ante cualquier necesidad.

—Estoy muy cansado de las revisiones, me quiero ir de aquí, no me gusta ni un poco este sitio —se lamenta en voz audible—. Y no es porque tenga miedo.

—Solo debes permanecer un par de días, puedes soportarlo —digo animándolo, acercando un  mi silla hacia su camilla, que rechina—. Deben cerciorarse que no tendrás ninguna complicación.   

—No creo que pueda soportarlo —musita, resopla buscando resignación. 

—Te recuperas bastante rápido, has dejado sorprendidos al personal médico entero —aseguro firme, agrego—. Tienes un cuerpo fuerte, igual que el mío. La peor parte ya paso. Lo sabes.

—Todavía creo... estar viviendo... la peor parte —contradice tristísimo, balbuceante—. Será complicado desde ahora, lo arruiné. Nada sera lo mismo.

One Night《 》Min Yoongi  (COMPLETA ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora