Cuarenta y ocho

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En la universidad el día pasa lento, el cielo se encuentra parcialmente nublando, soso. Las horas en clase se me están haciendo demasiado pesadas, eternas, las horas parecen no avanzar. Incluso mi clase favorita no tiene mucho sentido hoy. Deseo regresar a casa y dormir cómodamente por largas horas, mientras Yoongi me acurruca entre sus brazos,  escuchar su tranquilizador respiro.

Agradezco el corto receso que tenía entre clases, me alivia de la congestión anímica que estoy teniendo, una rara pesadez que me mantiene inquieta. No entendía que me sucedía. Sentada en una banca del jardín de las áreas verdes de la universidad alejo los pensamientos que andan rondando en mi cabeza, respiro pausadamente como un ejercicio de relajación, en mí interés de poder expulsar esa energía negativa que me tiene desganada.

En mi modo de estabilizarme y esperando la llamada de mi próxima clase es cuando Hye me encuentra en una de las bancas blancas sosteniendo bonitas flores. Sonriendo y sin ninguna duda viene hacia donde estoy, coloca su enorme bolso morado repleto, en el suelo cerca de sus piernas. Se percata de mi extraña fijación sobre su gordo bolso. Su expresión me indica que ya está un poco cansada de tener que explicar lo exagerado volumen de este.

—Iseul ¿También mirarás con esos ojos a mi querido bolso? —pregunta Hye colocando su mano sobre el objeto mencionado, dándole palmaditas—. Estoy llevando algunos trajes para algunas compañeras de mis clases de baile. Era la encargada de recogerlos. Todos me miran como si llevará algo ilegal o fuera una persona rara.

—Me he sorprendido lo mucho que has podido meter ahí. Parece que en cualquier momento todo va salir y provocar un caos —respondo dramatizando—.  ¿Te imaginas una explosión causada por tu bolso? ¡Podría derrumbar edificios enteros? 

La gracia como pensé no se dibuja  en su rostro, no se divirtió con mi comentario.

—Iseul —pronuncia mi nombre, mueve el dedo de un lado para el otro delante de mío, cerca de mi cara—. No es gracioso —sentencia. 

—Solo deseaba hacerte reír un poco y a mí también —fui un fallo total.

—He soportado miradas feas durante toda la mañana por andar cargando mi bolso por todas partes. ¡Son unos tontos! —suelta frustrada—. ¿Acaso nunca vieron a una mujer cargar gran cantidad de peso? Además si les incomodaba tanto verme en esa situación, ¿Por qué nadie se acercó ayudarme? —sigue diciendo enfadada, luego se dirige hacia mí—. Me costó mucho llevarlo de un lado hacia el otro como para que intentes sonar graciosa —me regaña con su fina voz—. En otras circunstancias me hubiera reído pero hoy todos los comentarios me los estoy tomando bastante personal.

Resopla, sus ojos se entrecierran, deja caer los hombros y deja salir ligeramente su labio.

—Tengo una presentación importante que debo realizar en la escuela de baile. Eso me tiene muy estresada —acaba por decir—. Hacerse responsable de los trajes es un rollo agobiante, más si nadie de tu grupo tiene la intención de ayudarte, agregándole que posiblemente Hoseok y Jimin se aparezcan, la maestra no los a dejado de llamar para que asistan.

One Night《 》Min Yoongi  (COMPLETA ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora