Se conocieron una noche aunque no de forma amable. Una mala anécdota.
El negocio de su madre será el elemento que los hará volver encontrarse.
Contemplando el cielo de la noche sabrán que el amor existe.
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Hacía ya una semana que Min Yoongi había llegado. Mientras más lo "conocía" me daba cuenta de lo callado y distante que era, nunca hablaba mucho, sólo lo necesario. Su rutina consistía en ir a la universidad o simplemente salir para luego regresar y encarcelarse en su habitación, muchas veces creí que lo encontraríamos muero ahí encerrado, luego tendríamos que llamar a la policía, quienes nos harían un interrogatorio exhaustivo por el deceso del muchacho, de ese modo estaríamos envueltos en mil problemas, incluso Junseo y Seyun, los otros dos inquilinos que alquilaban aquí se verían involucrados. Mi drama y temores pasaban cuando lo veía salir con su característica ceño fruncido.
Mi madre solía hacerle preguntas, gracias a eso me había enterado de algunas cosas sobre él. Tenía veintiún años, un año mayor que yo. Vino desde Daegu para estudiar arquitectura en una universidad que se encontraba cerca de la mía, también tenía un hermano. Estos fueron los datos que pude recopilar.
Lo mejor de todo era que no daba pistas de recordar lo sucedido aquella noche. Más calmada podía afirmar que eso me beneficiaba un montón.
Mi relación con él simplemente era cordial.
—Yoongi, puedo llevarte a conocer el barrio, vayamos juntos. Seguramente no conoces los lugares cercanos que pueden ser útiles para ti —se ofreció Seoyeon por milésima vez.
No se cansaba der ser rechazada. Su verdadero interés en Yoongi era nulo. Lo que la mantenía firme era su orgullo trastocado, incapaz de aceptar que su jugada estaba perdida.
—No quiero ir a ningún lado contigo —respondió para luego tomar un largo sorbo de café.
Una persona normal rechazaría la oferta de una manera amable o pensaría en dictar una excusa razonable, pero él iba directo al punto sin irse por la tangente. Al menos de esa forma hemos pasados los pocos ratos que compartimos.
Al principio barajeaba la posibilidad que se estuviera haciendo el difícil con Seoyeon, después empecé a creer que realmente no era ni un poco de su simpatía. Debía basarse sobre todo en el hecho de estar simplemente harto de encontrarse perseguido por la pelinegra al mínimo descuido.
—Debes ser más amable con Seoyeon, ella es una dama —la defiende mi hermano.
Ahí estaba de nuevo Junhee sacando su capa protectora cuando se trataba de ella. Protegiéndola de todo lo que considerada inapropiado. Era inevitable, la guapa mujer lo traía babeando a pesar que nunca uso su seducción con él. Esperaba que ella siguiera siendo mostrando indiferencia. Tenerla de cuñada sería una pesadilla.
Cuando surgió la oportunidad le pregunte a mi hermano porque tanta insistencia por ser correspondido. Este respondió: Por lo buena que estaba. Ese era el amor tan puro y cero superficial que sentía por Seoyeon. Si existía un sentir profundo no me lo hizo saber.
—No te preocupes, no me molesta que me hable así —defiende ella la actitud de Yoongi.
—Está siendo grosero contigo hablándote de esa manera. Deberías recibir dulces palabras.
