Se conocieron una noche aunque no de forma amable. Una mala anécdota.
El negocio de su madre será el elemento que los hará volver encontrarse.
Contemplando el cielo de la noche sabrán que el amor existe.
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Le propuse a Yoongi ir al bowling a pesar del nudo en la garganta que se me formó cuando se lo pedí, había tartamudeado un poco al exponer mis intenciones, me lamentaría después por mi incapacidad de hablar normalmente. Invitarlo a una salida no fácil como antes. No cuando ansiaba mantener una cita romántica con él. Para mi fortuna accedió relajado, como si no tuviera problema alguno mientras sonreía.
Unos cuantos turnos después intentar conseguir derribar todos los objetivos notamos que ambos estábamos un mismo nivel. No éramos ni tan buenos ni tan malos, manejábamos un nivel intermedio, cabía la posibilidad que encajábamos mejor con los malos. La idea de poner el juego interesante con la ayuda de una apuesta fue mía, esperaba que mi propuesta no me hundiera.
—Se lleva la victoria quien tire mayor número de bolos en tres turnos —clavo la mirada en Yoongi para asegurarme que comprende este punto de nuestro pequeño duelo—. Acordamos una apuesta —confirmo, me aseguro de hacer cumplir su palabra.
—He dicho que lo haré -dice cansado de tener atender a la repetición de las normas—. Después de todo seré yo quien gane.
—Te enseñaré que se siente la derrota, amigo —contesto.
Decidimos que sería yo quien iniciaría, mejor dicho que Yoongi decidiera el orden alegando que las chicas iban primero me otorgo el pase. Me concentro antes de realizar mi lanzamiento, la duda me visita al hacer roda la pesada bola sobre la pista que la llevara hacia el destino indicado, espero expectante cuantos derribaré. Caen dos, no es ventajoso, pudo irme peor.
—No se puede lanzar de esa forma —señalo cuando lo veo sostener la bola roja que a elegido con las dos manos con clara intensión de querer hacerla rodar de esa manera.
—¿Cuando dijimos que no se puede lanzar de esta manera? Cada participante elige su propio estilo. Este es el mío —responde argumentando contra cualquier otra tentativa de impedimento—. Mi propio estilo —murmura antes de volver a colocarse en la posición que ha elegido para hacer valer su participación.
Dejo las réplicas, me convenzo que su tiro no va funcionar, será fallido planteo mientras flexiona sus rodillas y tiene sujeta el objeto circular con las dos manos, usando fuerza. La postura que a tomado origina un golpe de risas en mi cabeza, suprimo las risa, en su lugar debería hacerle una foto, luego mostrarle la impactante imagen que estuvo mostrando.
—Voy a ganar —le escucho decir y realiza el lanzamiento.
La trayectoria de la bola se desliza perfectamente por la pista de juego. Un impacto impecable da justo en el centro hace caer todos los bolos que se mantenían en pie. Yoongi sonríe sorprendido por la gran hazaña que acaba de realizar, ni él podía creérselo.
—No puede ser —digo cuando mis expectativa de esperar un fallo se derrumban al igual que los blancas piezas.
Iba perdiendo, pero no iba a terminar así. Iba a ganar. Era solo un turno, quedaban dos posibilidades altas que me coronaran como ganadora. Iba a ganar, tenía que concentrarme en eso, no en que el rubio llevaba la delantera. Concentración total en la victoria.
