Desperté temprano. Era domingo, no tenía ninguna obligación que cumplir. Asumí sería un día tranquilo y normal, nada especial ocurriendo en a lo largo del transcurso de las horas. Sin ningún pesar o acontecimiento que pusiera de cabeza mi ordinaria vida. Al despertar temprano había escuchado a los pajarillos cantar a través de mi ventana, lo cual había tomado como una buena señal. Estuve escuchando su canto recostada sobre mi cama. Su cantar uniformemente melodioso resultó relajante de oír. Cuando este ceso deje las sábanas, decidí ponerme a recortar algunas imágenes para decorar una agenda que usaba a diario, en ella escribía algunas ocurrencias, frases que me gustarán o transcribía algún fragmento de un texto llamativo.
Los lapsos de tiempo iban marchando en ese mismo ritmo plácido, ni siquiera mamá o Junghee estaban alterando al resto con sus pedidos a veces descontrolados. De esa manera iba el domingo hasta que el pelinegro llegó a interrumpir la quietud.
Estaba esforzándome en la cocina tratando de separar dos vasos que se habían atascado entre ellos hasta que Yoongi irrumpió en esta área culinaria pidiéndome seguirlo. El muchacho llevaba la cara cubierta bajo la capucha de la sudadera que usaba, se escondía. No podía verlo directamente.
Cuando estuvimos en su dormitorio, él sentado al borde de la cama, supe a ciencia cierta de lo que se trataba cuando se descubrió.
Me estremecí al ver su cara golpeada. Un moretón de gran tamaño se iba formando debajo de su ojo izquierdo, tenía otro en su pómulo derecho, algunos rasguños se hacía notar, el labio partido de un costado. La piel blanca e inmaculada se estaba viendo apocada por esos grandes golpes que traía. Había dejado en segundo plano que ahora traía el cabello pintado de rubio al salir corriendo por medicinas. Debía curar las heridas marcadas
Así que en eso estaba, curando las heridas marcadas en su rostro.
—No seas un niño, deja de moverte —pido cuando doy un toque cerca al fino corte con una gasa humedecida en desinfectante—. Tengo que limpiarlas, quédate quieto.
Nuevamente doy inicio a mi función de enfermera improvisada cuando vuelve a acercarse preparándose al posible ardor que sentirá. Sonrió al visualizar su expresión de dolor. Se veía tierno. Un niño pequeño. Un niño pequeño renegón.
—¿Qué rayos estás poniéndome ? Arde —se queja, olvidando la acción anterior de alejarse.
—Uso esto cuando tengo alguna herida que curar, es soportable, no seas llorón —antes use este mismo medicamento, sentías un pequeño ardor casi desapercibido. Además era efectivo.
Recorro completamente su rostro con la mirada. Me incordia que se cubra por golpes, detestaba sin conocer a ese persona que a sido capaz de hacerle daño.
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One Night《 》Min Yoongi (COMPLETA ) ✔
Fiksi PenggemarSe conocieron una noche aunque no de forma amable. Una mala anécdota. El negocio de su madre será el elemento que los hará volver encontrarse. Contemplando el cielo de la noche sabrán que el amor existe.