Se conocieron una noche aunque no de forma amable. Una mala anécdota.
El negocio de su madre será el elemento que los hará volver encontrarse.
Contemplando el cielo de la noche sabrán que el amor existe.
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Algunos días han pasado sin contratiempos, ni soluciones. Aquellas preocupaciones que nos aquejaban se habían quedado en Seúl por el momento, me encontraba fuera de la región que me había visto nacer.
Estaba cumpliendo con la promesa que le hice semanas atrás a Jiwo de venir a visitarla cuando mi calendario lo permitiera, estaría de visita uno poquitos días en su ciudad. Cinco siendo exactos, no podía permitirme quedarme por aquí un período más largo. Cuando supo que vendría dio un tremendo grito a través del teléfono, el cual perforó mi oído derecho. No todo salió como lo planeado en un principio. Haesun no logró venir conmigo, tenía algunos asuntos personales que resolver junto a su madre, no detallo demasiado sobre ellos, eso no significaba que hubiera venido sola, una persona se había auto invitado para convertirse en mi acompañante de viaje. Yoongi, tan pronto le comenté mis planes a realizar en mi semana libre entusiasmada y sonriente, simplemente se apuntó, se subió al coche sin que nadie se lo pidiera, según expuso sería una oportunidad inmejorable que le ayudaría a despejar su mente, le traería el actuar correcto.
Trate de convencerlo de mil maneras que no viniera, argumente que sería un ambiente de chicas. Un reencuentro de amigas que necesitaban ponerse al día en sus vidas, aspiraciones, chismes, etc. Amigas que necesitaban espacio propio sin la intervención de un tercero que no era parte de nuestro grupo y se la pasará interviniendo. Resultó que al rubio teñido recurrió a un recurso bajo, replicó de mil maneras que era mi culpa que su mente estuviera así de ruidosa gracias a lo recientemente revelado, por eso su excusa de relajación estaba relacionado con esto, sabía que iba a usar ese argumento en caso de encontrarse una negativa. Fue su táctica para que aceptará, me obligará aceptar, incurrió en la culpa, no le importó perder clases en su empeño de venir. Después de reflexionar concluí que era una buena idea que viniera.
Yoongi no fue el compañero ideal con quien pasar las horas que tardaba el bus en realizar su trayecto de ciudad a ciudad. Se puso los auriculares dejando entender que no estaba dispuesto a entablar algún tipo de conversación ni prestar atención mas que a la música y cuando creí que tendría oportunidad de distraerme con él luego de verlo dejar sus objetos musicales de lado me cortó aquel pensamiento en milésima de segundo, dio un gran bostezo que tuvo posibilidades de haberse oído hasta misma Antártida, cerró lo ojos hasta conciliar un profundo sueño al puro estilo de la bella durmiente, podía agradecerle que gracias a su concilio del sueño pude imitarlo.
En un principio creí que su existencia a venir conmigo era una especie de conspiración, algo por el estilo. Imaginaba que su propósito sería de alguna forma intentar en estos días hacerme perder la cabeza con algunos de sus actitudes o comentarios, increíblemente hasta ahora nada parecido sucedió, era lo contrario, se quedaba en la habitación del hotel más decente que conseguimos pagar la mayor parte del día, cada vez que podía, cuando no podía evitar salir respiraba aire libre, en los tres días que llevamos se las había pasado de la misma forma, el concepto respecto que era un muchacho extraño no se había despejado de mis ideas, si quería despejar su mente de singular manera podía haberlo hecho en casa, quizá enserio esa era su manera de despejarse y no lo entendía. Yo en cambio me la pasaba la máximas horas posible con Jiwo.
