Se conocieron una noche aunque no de forma amable. Una mala anécdota.
El negocio de su madre será el elemento que los hará volver encontrarse.
Contemplando el cielo de la noche sabrán que el amor existe.
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La salida al cine ha sido entretenida, la película cumplió su función de despegarnos, sin la necesidad explicaciones había entendido el desarrollo del filme a pesar de haberme perdido la primera parte de la saga. Las personas en mi sala asignada estuvieron realmente eufórica, ese silencio que se suele guardar fue pasado por alto, nadie pareció molesto por aquello, emocionados, reían cada que podían, incluso cuando la función culmino los aplausos llegaron, dando la apropiación del éxito rotundo que sería de procedencia norteamericana, estuve sonriendo mientras veía la escenas, el público había disfrutado, sobre todo los hombres debido a la hermosa protagonista sexy.
Yoongi por otro lado se mostraba calmo. No era su estilo mostrarse tan eufórico. Sin embargo, por otra parte existieron momentos en que se acercaba mucho a mí, pensaba que lo hacía con intenciones de plantarme un beso, pero desistía en último segundo, me dejaba en el aire y volvía a fijarse en la pantalla poniendo de vez en cuando una sonrisa.
—¿Disfrutaste la película? —pregunto estando fuera de las instalaciones del cine—. Creí que no lograría entender, pero se han lanzado unas explicaciones que dejaron todo sencillo para quienes nos perdimos la anterior.
—Es uno de los proyectos cinematográficos más famosos, estuvo a la altura —responde, sosteniendo su barbilla—. No me gusta comentar las películas, es pesado.
Él compartía la misma postura que Jiwo, ambos preferían guardarse la perspectiva que tuvieron acerca del filme.
—Entonces, no la comentamos —debido a mi amiga aprendí a pasar por alto los misterios y conclusiones que dejan las películas—. Tampoco es que esperara una crítica digna de un experto cineasta, es suficiente saber que te pareció interesante.
—Que comprensiva novia —dice, después sigue andando.
Ajusto mi paso cuando Yoongi se adelanta. No era demasiado tarde, no estaba aún absolutamente oscuro, acordamos regresar a casa tan pronto la función acabara, ambos queríamos descansar temprano.
Las recientes decoraciones que se encuentran alrededor del recinto comercial, son tan bellas a la vista que no puedo seguir andando como si nada, me detengo frente a la forma de un pavo real hecho a base de coloridas flores, tenía una altura media. El Yoongi silencioso presente esta noche se detiene al notar que no lo sigo.
Desplazó la mirada al lado izquierdo al sentir que alguien está cerca mío. Un muchacho sonriente de largos cabellos grises agita la mano saludando, no era cualquier joven desconocido. Se trataba de Hwan, nos cruzamos en la tienda donde la señora Lee era propietaria, intercambiamos brevemente algunas palabras debido que necesitó ayuda escogiendo el producto correcto que su madre le envió a comprar, supuse que no iba a volver saber del hombre hasta que transcurridas las horas envió un mensaje de agradecimiento. La mujer mayor se debió encargar de proporcionarle mi número.
—Hola —saluda agitando su casaca de cuero, agrega—. Estuve esperando tu respuesta al último mensaje. Quería salir contigo.
—Hola, Hwan —saludo entre dientes—. No debí a ver visto tu mensaje, se me ha pasado pasado—estaba al tanto del contenido de esa comunicación textual. No quería mal entendidos, suficiente había tenido con Dongsun.
