Veintiocho

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El frío congela mis huesos

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El frío congela mis huesos. No puedo evitar titiritar, castañear los dientes. Haesun y yo corremos al interior del edificio universitario sin pensarlo dos veces. Escapando del frío intenso de la temporada. Ocupamos los asientos del pequeño salón de descanso, está vacío, somos las únicas aquí, era fabuloso tenerlo solo para nosotras. Era un espacio cómodo, grato, los estudiantes podíamos ocupar esta instalación cuando quisiéramos. 

—¡Pensé que moriría! —exclama Haesun aún quejumbrosa por los efectos del frío. 

—Igual yo. Si la temperatura sigue así no podré soportarlo —digo en respuesta, agregando—. Lo detesto, tengo el cuerpo entero helado.

El frío aumentaba en Seúl cada año, cada vez era más insoportable. Si el invierno seguía descontrolándose de este modo tendría que mudarme a una isla tropical, donde no me alcanzara. El clima helado y yo nos repelíamos. 

—Extraño mi cama, podría esconderme entre mis cobijas y no salir nunca —en una jornada donde el frío imperaba aquello hubiera sido lo ideal. 

Mi pelinegra amiga sonríe  de oreja a oreja mostrándome su total acuerdo. Pero los deberes eran primordiales que la satisfacción de darle ese calor satisfactorio a nuestra piel, el crudo invierno no podía interponerse.

Entre risitas Haesun coloca la palma de su mano sobre mi mejilla izquierda. El contacto inesperado hace que donde a dejado caer el gélido contacto sufra. 

—¡Aléjate, Hae! —pido echándome hacia atrás, lejos sus fría palmas.

—Cuando me lo pidas puedo compartir el frío de mis manos, avísame —suelta divirtiéndose por su chiquillada. 

Una sola vez no es suficiente para ella, trata de reiterar lo antes conseguido. Lleva haciendo lo mismo desde la escuela. Mis regaños no se hacen esperar, ellas los invalida al encontrarme  divertida dada la condición. 

Empiezo a encontrarla también chistosa al tirar de la capucha de mi amiga, el tirón provoca un efecto rebote dada la condición inestable donde ella estuvo operando. Haesun se prepara para alcanzar la bufanda en mi cuello. 

La pelea de cachorros de león que estábamos protagonizando debe concluir al ya no estar solas,  la llegada de un estudiante nos hace portarnos como personas educadas que saben el comportamiento a llevar en público. Interrumpe en el salón de descanso haciendo notoria su entrada. 

—¡Hola, a todos sin excepción! —saluda siendo bulliciosa, igual que estábamos siendo Haesun y yo.

Murmuramos algunos saludos atendiendo el suyo.

One Night《 》Min Yoongi  (COMPLETA ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora